La marihuana es la droga más común: 100 millones de estadounidenses la han probado, incluyendo casi la mitad de los estudiantes del último año de preparatoria.
Los cárteles de la droga mexicanos que luchan sangrientamente para crecer y sobrevivir tienen un poderoso incentivo financiero al otro lado de la frontera, pues Estados Unidos es un mercado insuperable de drogas por su amplia capacidad económica, diversidad y voracidad.
De los adictos a la metanfetamina en los campos de casas rodantes en el medio oeste, a los vagabundos adictos a la heroína en las grandes ciudades pasando por las estrellas del espectáculo, los deportistas, los adolescentes que fuman marihuana con sus padres de la generación de la década de 1950, en total 46% de los estadounidenses mayores de 12 años han incurrido en el destructivo pasatiempo nacional del consumo ilícito de drogas.
Esta gama de consumidores representa un mercado enorme, resistente a la recesión económica y aparantemente interminable para los carteles mexicanos de la droga, que sostienen una guerra entre sí y contra el gobierno mexicano en la que han muerto mas de 10 mil 780 personas desde diciembre del 2006.
Sin importar cuanta ayuda, incluso financiera, le dé el gobierno de Estados Unidos a México, los elementos básicos de oferta y demanda impiden que esas acciones tengan el éxito esperado.
"El daño que causa nuestra demanda insaciable de drogas es realmente pasmoso", dijo Lloyd Johnston, investigador de la Universidad de Michigan que supervisa sondeos anuales sobre el consumo de drogas.
Dan a conocer nuevas cifras de consumidores
Las nuevas cifras muestran que 114 millones de estadounidenses han utilizado drogas ilegales en algún momento de su vida, de los cuales 20 millones son consumidores actuales.
La marihuana es la droga más común: 100 millones de estadounidenses la han probado, incluyendo casi la mitad de los estudiantes del último año de preparatoria. Pero no es la única droga popular, pues 35 millones de estadounidenses han consumido cocaína en alguna ocasión y 34 millones han ingerido LSD, u otro tipo de alucinógenos.
"Este es el sueño de cualquier narcotraficante, vender en un lugar donde pueda ganar la mayor cantidad de dinero posible por el riesgo asumido", dijo el médico H. Westley Clark, director de la organización federal Centro de Tratamiento por Abuso de Sustancias.
"Hay una tremenda negación hasta que se está frente al problema", señaló Clark. "Cualquiera puede ser un consumidor consuetudinario de drogas. Todos están en riesgo", expuso.
En el pasado México era sólo un país de tránsito para las drogas provenientes de Sudamérica, pero ahora es uno de los productores y distribuidores más importantes. Las pandillas controlan las redes de la cocaína en muchas ciudades de Estados Unidos e incluso cultivan marihuana en terrenos públicos estadounidenses como parques nacionales.
El gobierno mexicano emprendió una guerra contra el narcotráfico y colabora con las autoridades estadounidenses que prometieron detener el tráfico de armas de Estados Unidos a México, pero ambas partes saben la importancia que tiene el consumo de drogas entre la población estadounidense.
"Cuando el gobierno de Estados Unidos es demasiado estricto, entonces se nota que la gente utiliza la vieja fórmula de decir a los estadounidenses 'ustedes también son corruptos, consumen drogas, son los mayores consumidores del mundo''', dijo el sociólogo José Luis Piñeyro de la Universidad Autónoma Metropolitana de la Ciudad de México.
Los estudios sobre el uso de drogas entre los jóvenes de Europa muestran a pocos países con problemas graves, pero en general el consumo es bastante menor que entre los jóvenes estadounidenses.
"No hay forma de ignorar que tenemos los niveles más altos de consumo de drogas en el mundo", dijo Craig Reinarman, sociólogo de la Universidad de California en Santa Cruz.
Todo sondeo muestra el gran espectro del uso ilegal de drogas, en todas las regiones del país, entre todas las razas y en todos los grupos socioeconómicos.
"Existe esta idea de que el consumo de drogas en más común entre las minorías raciales, especialmente entre los negros", señaló el médico Wilson Compton, director de división en el Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas. "Pero no es verdad, entre ellos los índices son menores o al menos no son mayores".
Reinarman puso como ejemplo el aumento reciente en la ingestión de metanfetamina en los estados del centro del país como Iowa, Misurí y Kansas.
"Ahí la gente vive en casitas desvencijadas, en pueblos que están agonizando ... y entonces llega una droga que produce una gran excitación", dijo. "No se pueden separar los problemas de las drogas de una serie mayor de problemas sociales y personales. No se puede tener una política sobre drogas que funcione, a menos que forme parte de una política social mucho más amplia".