"Se cuenta que, en cierta ocasión, José López Domínguez, diputado a Cortés, secretario de Guerra y presidente del Gobierno español, preguntó a uno de sus invitados:
--¿Alguna vez ha toreado usted?
--Sí, mi general -respondió el invitado-, toreé una vez y me cogió el toro.
--¡Ah, sí! ¿Y cómo fue eso?
--La explicación es muy sencilla, mi general. Yo, deseando quedar bien, leí a conciencia un libro llamado Arte de torear. Entonces, al entrar a matar me coloqué en mi sitio, pero di con un toro que no había leído el libro y que no supo colocarse en su lugar, y me empuntó por un brazo. El toro tuvo la culpa, y fue él el que se deslució... por no estar debidamente documentado".
Me parece que a Germán Martínez le sucedió lo mismo, creyó que con leer un libro de política ya estaba preparado para salir pleno de soberbia al redondel a dar sus pinceladas taurinas, sólo que olvidó que la tauromaquia política es un arte de vida que requiere oficio, humildad y sentido común... y lleva muchos años de aprendizaje.
A mi juicio son seis los elementos que coadyuvaron en la derrota del PAN:
1. La confianza excesiva en sus resultados en seguridad pública... pero la ausencia de resultados en los demás temas gubernamentales.
2. Olvidaron que el tema de más interés entre la ciudadanía es el económico.
3. La postulación de candidatos cercanos al círculo político de Germán, pero alejados de la base panista y, lo que es más grave aún, de la base popular.
4. Un hombre extraordinario, un panista de buena cepa como don Luis H. Álvarez, con una sabiduría infinita dijo: "Evitemos la tristeza de que a nosotros, que nunca nos derrotó la derrota, nos vaya a derrotar la victoria", pues al PAN en estas elecciones lo derrotó la victoria de 2006, la excesiva seguridad de concebirse buen Gobierno y la soberbia, la ausencia de humildad, el ego, la vanidad de sentirse, Germán, el centro en torno al cual gira la política mexicana.
5. La debacle panista es también la respuesta ciudadana al Gobierno por la falta, oportuna y atinada, de decisiones económicas y políticas.
6. La guerra fratricida al interior del PRD -que le restó votos al partido del Sol Azteca-, y la sensata, hábil e inteligente conducción partidista de Beatriz Paredes en el PRI, para sumar a sus correligionarios en torno a un proyecto común de partido.
Las innecesarias diatribas, injurias, improperios y escarnios lanzados por Germán en contra de los políticos adversarios -principalmente del PRI y el PRD- han traído al presidente Calderón, para la segunda mitad de su camino sexenal, una cara factura política difícil de saldar.
Algunos líderes partidistas inicialmente están solicitándole al Ejecutivo Federal una reestructuración de su Gabinete, que despida a aquellos funcionarios -hay muchos- que han sido incapaces de dar los resultados que él se comprometió en la pasada campaña presidencial, con la cual, en 2006, arribó al poder con un escaso margen de maniobra, que hoy, gracias a la falta de oficio político del buen Germán..., se le vuelve a acotar.
La semana pasada fui con la Conga a una comida a su rancho en Güémez; el grupo de filarmónicos llamado "El Ventarrón de Güémez", en el intervalo musical, después de degustar la rica gastronomía norteña y al calor de unas cervezas, se agarraron a fregadazos, una vez satisfechos sus bajos instintos de violencia, se peinaron, se despolvaron y subieron como uno solo al estrado a alegrar la comida -como si nada hubiese pasado-. Yo me pregunto: ¿serán capaces nuestros políticos -panistas, priistas, perredistas y todos los istas-, después de las revolcadas que se dieron en campaña, tocar la música más afinada, que lleve a los mexicanos a bailar al mismo ritmo?