En el primer semestre de este año las remesas familiares en el país disminuyeron más de mil 500 millones de dólares, debido a la crisis económica en Estados Unidos y a que los migrantes mexicanos enfrentan mayores dificultades para ingresar a ese país y encontrar trabajo.
Así lo indica el Tercer Informe de Gobierno en el rubro de Política Exterior Responsable, en el que se detalla que el envío de remesas de los migrantes mexicanos a sus familias sólo alcanzó los 11 mil 78.7 millones de dólares entre enero y junio de este año.
Esta cifra implica una reducción de las remesas en el primer semestre de mil 501.5 millones de dólares, que supera las previsiones que había realizado la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) sobre las pérdidas que se registrarían a lo largo de todo 2009.
Previo al Tercer Informe de Gobierno, la Cancillería elaboró un diagnóstico en el que señala que ante la recesión económica se prevé para este año una caída de las remesas superior a los mil millones de dólares que dejarían de ser enviados al país, lo que tendrá un impacto “en los hogares mexicanos que muestran mayor dependencia de estos recursos”.
En este documento se estimó que los estados más afectados serán Michoacán, Oaxaca, Zacatecas y Guerrero, ya que el envío de remesas desde Estados Unidos representa entre el 15 y 20 % del Producto Interno Bruto de estas economías estatales.
El diagnóstico “Comportamiento del Envío de Remesas en Tiempos de Recesión Económica” sobre el impacto que tendrá la crisis financiera, en un ejercicio de prospectiva, indica que en el peor escenario se prevé que durante este año se podría registrar “una caída de las remesas equivalente al 2.54% del PIB”, por lo que se estima que se recibirían mil 106 millones de dólares menos que en 2008.
La cifra de pérdida estimada ya fue rebasada en sólo seis meses, ya que de acuerdo con el Tercer Informe de Gobierno las remesas disminuyeron más de mil 500 millones de dólares.
No obstante esta caída, la SRE indica que “estos ingresos por remesas familiares representaron 98.5% de las transferencias netas, 105.6% de las exportaciones de petróleo crudo, 111.1% de la inversión directa extranjera y superaron a los ingresos por turismo”.
Esta desaceleración en el flujo de remesas, indica el informe del gobierno federal, se debe a la crisis por la que atraviesa la economía de Estados Unidos, particularmente la industria de la construcción que es una de las principales fuentes de empleo para los migrantes.
A estos factores se suman “los mayores problemas para que los migrantes ingresen a Estados Unidos y encuentren empleo ante controles oficiales más estrictos en los lugares de trabajo”.