Minimizado por Banamex el jaque planteado por el Senado en reclamo de evaluar la legalidad de la participación de la Casa Blanca en su capital, hete aquí que del lado de su matriz, el Citigroup de Estados Unidos, están encendidos los focos rojos.
De hecho, se está presionando al gobierno del país del norte para abandonar su posición lo más pronto posible, planteándose el lanzamiento de una emisión accionaria jumbo que le permitiría al banco cubrir la inversión oficial. Estamos hablando de 45 mil millones de dólares, que representan 36% del capital de la intermediaria sembrada alguna vez como la más grande del mundo.
Desde otro plano, se baraja en paralelo la posibilidad de una emisión de papeles de deuda que permitiría cubrir el monto, por más que el temor apunta a que el mercado encarezca el rédito, dadas las dificultades financieras del Citigroup.
Ahora que una tercera opción sería desprenderse de más activos, fundamentalmente sus filiales en Centro y Sudamérica.
El problema, naturalmente, es que la primera fórmula provocaría la pulverización del capital, por más que uno de sus socios importantes, el príncipe Alwaleud bin Talal de Arabia Saudita, ha ofrecido sacar la chequera para incrementar su participación en la institución.
La idea, en tal caso, sería ganarle la carrera a la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el desahogo de la controversia constitucional, cuyo planteamiento oficial aún no se ha presentado.
Según ello, la jugada plantearía una carambola de dos bandas: desactivar la amenaza de que el máximo tribunal del país exija la venta inmediata de su filial en México, y de pasadita mostrarle a tirios y troyanos que el Citigroup ya no requiere muletas para caminar, o si lo prefiere, ya no está en el túnel, por más que su capital alcanza sólo 16 mil millones de dólares.
Como usted sabe, Banamex constituye la joya de la corona del banco estadounidense, al representar 17% de sus ganancias globales.
Colocada en el segundo lugar del ranking del país, la intermediaria mantiene activos por 868 mil 992.8 millones de pesos, que la ubican con un porcentaje de 20.87% del sistema bancario nacional, con una cartera global de créditos de 270 mil 718 millones de pesos, equivalentes en este caso a 14.80% del débito total.
La solidez de Banamex contrasta con la debilidad de su matriz, que en el punto más álgido de su debacle vio caer en menos de tres años el valor de sus acción de 55.8 a sólo 1.2 dólares.
Actualmente, a poco más de un año de la inyección que le hiciera la Casa Blanca para intentar darle oxígeno al enfermo, la cotización se ubica en 4.52 dólares.
En el camino, la intermediaria estadounidense cerró 6.6% de sus sucursales; vendió el control de la correduría Salomon Brothers, y prácticamente se salió del mercado de Japón.
De hecho, hasta el primer trimestre del año, luego de dos de atonía, el banco regresó a la senda de las utilidades, si bien con un raquítico monto de mil 600 millones de dólares, frente a los 5 mil, 6 mil o 7 mil a los que estaba acostumbrado reportar.
Lo cierto es que, a contrapelo de la debacle de su matriz, Banamex siguió su expansión, en un escenario en que sus principales directivos, es decir, Manuel Medina Mora y Roberto Hernández, le apostaron a multiplicar su tenencia accionaria en el Citigroup. El primero, ubicado como coordinador de éste para América Latina, adquirió, sólo el 21 de agosto del año pasado, un millón de acciones, luego de que en marzo, en unión con Hernández, había comprado un paquete de 1.2 millones.
De acuerdo a la autoridad bursátil de Estados Unidos, sin embargo, en el grupo están también el propio presidente del Citibank, Richard Parson, y el presidente ejecutivo, Eugene McQuade.
Reunidos los paquetes hablaríamos de una inversión de 6.08 millones de dólares, considerando que las compras se hicieron a un promedio de 3.31 dólares por acción.
Las ganancias, pues, equivalen a casi cuatro millones de dólares.
Por lo pronto, el temor del Citigroup apunta a que a nivel interno están al menos cuatro grupos financieros al acecho de la decisión de la Suprema Corte de Justicia.
El más peligroso, dicen, es Banorte, cuya etiqueta de banco de mayoría mexicana le daría tamaños de favorito sentimental.
Sin embargo, se considera que la operación sólo se podría realizar con apoyo de alguna intermediaria extranjera, dado que el banco costaría entre 15 mil y 20 mil millones de dólares.
Ahora que en la lista están también el grupo Santander, y el propio Bilbao Vizcaya/Argentaria Bancomer, por más que sus posibilidades serían nulas, dado el peso de la concentración.
El Citigroup quiere ganarle la carrera a la Corte.
Aceptada la imposibilidad de que los senadores priístas quisieran dar marcha atrás en las nuevas reglas para la consolidación fiscal, es decir, el integrar en una sola canasta las pérdidas y ganancias de un conglomerado, para luego diferir a cuatro años el pago del impuesto resultante, a condición de cubrir de un solo golpe 60%, la pelea del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios se centra ya sólo en evitar la retroactividad.
Su argumento de mayor peso habla de que de implantar ésta, a contrapelo de la Constitución, automáticamente se tendrían que reflejar en los estados financieros pasivos por 50 mil millones de pesos, situación que inhibiría la posibilidad de nuevas inversiones.
Sus argumentos, empero, chocan frontalmente con los de la Secretaría de Hacienda.
¿TELEVISA-TELEFÓNICA?
Le comentábamos hace unos días que el candidato natural para pelear por la concesión de la red de fibra óptica oscura de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), a la que se sumaría la de la extinta Luz y Fuerza del Centro (LyFC) para darle nivel nacional, sería la Telefónica México, filial de la Telefónica Española.
Bien, pues ahora resulta que la firma iría a la pelea en alianza con Televisa, quien ha manifestado su intención de ampliar las opciones de triple play, es decir, transmisión de voz, video y datos, vía sus filiales Megacable y Cablevisión.
Más aún, el círculo se cerraría con una red inalámbrica de alta velocidad que permita conexión en banda ancha.
El trabuco enfrentaría al tú por tú a Teléfonos de México, y de pasadita su filial Telcel.
CUMBRE DE NEGOCIOS Quien abrirá fuego en la séptima edición del evento México Cumbre de Negocios será el magnate Carlos Slim, con una conferencia magistral en el marco del tema "La crisis como detonador y acelerador del cambio".
Posteriormente habrá un panel encabezado por Ronnie Chan, presidente de Hang Lung Propieties & Limited, empresa líder del mercado inmobiliario chino con sede en Hong Kong, en el que participarán el presidente de Nestlé México, José Represas, y el director general del grupo Bimbo, Daniel Servitje.
Al evento, a celebrarse en Monterrey del 8 al 10 de noviembre, acuden los presidentes de Colombia, Álvaro Uribe, y de Costa Rica, Óscar Arias.