MÉXICO, DF.- El Escuadrón 401 de la Fuerza Aérea Mexicana está en alerta permanente. Su misión es vigilar el espacio aéreo nacional en 10 aviones supersónicos, que forman parte de la flotilla de alrededor de 400 aeronaves con las que cuenta la milicia del país, que permiten tareas como combatir al narcotráfico o asistir a damnificados.
La Base Aérea Militar Número 1 Santa Lucía, ubicada en el municipio de Tecamac, Estado de México, en terrenos que en el siglo 16 eran una hacienda jesuita, hoy alberga una parte importante de la flota aérea y es el lugar que concentra a los pilotos más especializados en el manejo de cada una de las aeronaves, lo mismo un helicóptero artillado que un gran Boeing.
Durante un recorrido realizado a estas instalaciones estratégicas del Ejército Mexicano, autoridades de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) exhibieron algunas de las aeronaves más importantes con las que cuenta la institución Armada.
El espacio aéreo mexicano es vigilado por 10 aviones F5 supersónicos, uno de los modelos más avanzados en su tipo, que sólo es posible ver surcar los aires y dejar su larga estela durante los desfiles de fiestas nacionales.
Armando Mireles, uno de los pilotos expertos del Escuadrón 401, y quien está a cargo de las sofisticadas naves, relató: "Siempre estamos alerta ante cualquier peligro que pudieran detectar nuestros radares".
La aeronave táctica, equipada con 18 cohetes y asientos de inyección, es capaz de un vuelo de mil kilómetros por hora, y tiene un régimen de ascenso de 12 kilómetros por minuto, "que garantiza que se pueda reaccionar con inmediatez para salvaguardar el espacio aéreo del país".
APOYO EN LUCHA ANTINARCO Las operaciones contra el narcotráfico, a través de aeronaves que pueden acceder a los sitios más difíciles del país, donde se cultiva droga o existen secaderos de marihuana, están a cargo del Escuadrón 112, donde los expertos tripulan el helicóptero MD-530F, con 7 cohetes y 2 ametralladoras 762.
Su piloto, el teniente Andrés Mondragón, explicó que este helicóptero permite al Ejército surcar el espacio en las zonas del país con mayor incidencia criminal. Este tipo de aparatos se utiliza en entidades como Chihuahua o Guerrero, y representan el apoyo aéreo a las operaciones militares en tierra contra los cárteles de la droga.
La evacuación de tropas, cuando se encuentran en zonas de riesgo o cuando hay operativo en curso, se realiza en 6 helicópteros UH-60 artillados, con capacidad para 13 pasajeros.