A partir de los 40 días de nacido, una novedosa rutina de movimientos ayuda a los pequeños a regular funciones como la respiración y gastrointestinal; además, estimula el sueño tranquilo y profundo. (El Universal)
Existen varias maneras de apoyar el crecimiento de los bebés a partir de los 40 días de nacidos
Los masajes son la terapia más antigua utilizada por el ser humano para aliviar algunas dolencias de forma natural. Desde el principio de los tiempos han sido recomendados para tener una vida más sana, ya que benefician el estado físico, mental y espiritual.
Generalmente, son utilizados como herramientas de cura, estética y relajación para adultos; pero no imaginamos que pueden resultar igualmente terapéuticos para los bebés, a quienes pueden ayudar a dormir y descansar mejor, así como a tener una vida más sana.
Los masajes infantiles colaboran a que los pequeños no desarrollen ansiedades o hiperactividad, a que su organismo se vuelva más resistente y a que logren agilizar su capacidad mental, entre muchos otros beneficios. Para conocer todo lo que involucra esta peculiar terapia, Leticia Román, terapeuta sico-corporal, nos dio todos los detalles.
Muy indicados para los bebés
La experta recomienda que durante las sesiones de masaje los padres participen para establecer un contacto piel a piel con sus hijos, además de expresarles, por medio de caricias, su amor y protección.
Los masajes en los bebés deben realizarse después de los primeros 40 días de nacidos; lo ideal es que las sesiones sean inicialmente cortas y se vayan alargando conforme el pequeño crece. Es importante que el lugar en el que se realice la terapia tenga una temperatura cálida, ya que necesitan un poco más de calor que los adultos. Deben estar totalmente desnudos y acostados sobre suaves frazadas con las que se envolverán al término de la sesión.
La música más adecuada son los mantras (cantos de oración hindú para relajar la mente) que ayudan a crear un ambiente tranquilo; la idea es lograr una atmósfera zen o de vacío, con ausencia de distractores tanto visuales como auditivos.
Una vez que todo está listo, se coloca al pequeño boca abajo para comenzar con movimientos circulares muy suaves en la espalda y cuello, se sigue con las extremidades, tanto superiores como inferiores, haciendo movimientos de ocho. Esta rutina se repite en el frente del cuerpo, para terminar con la carita y cabeza del pequeño, que deben recibir delicadas caricias.
Esencias especiales
Para complementar el masaje es importante utilizar aceites que les proporcionen además otros beneficios.
Para hidratar su piel es recomendable utilizar aceite de almendras; el de manzanilla es básico para relajarlos; si tienen gripa se debe utilizar esencia de eucalipto; para los trastornos digestivos el aceite de menta será benéfico y para las lesiones, el indicado es el de rosas.
La terapia no sólo es buena en el aspecto emocional, ya que son muchas las ventajas físicas que ofrece a los organismos de los niños.
Ayuda a regular y reforzar las funciones respiratoria, circulatoria y gastrointestinal; estimula el sistema inmunológico y propicia un mejor desarrollo del nervioso.
Además, logra que el bebé tenga un sueño tranquilo y profundo; reduce la circulación del cortisol (hormona del estrés) en el torrente sanguíneo y aumenta la sensación de bienestar al estimular las endorfinas, que mejoran el estado de ánimo, entre muchas ventajas más.
¿Sabías qué?
- El masaje terapéutico para bebés es de origen hindú y es llamado Shantala, en honor a una madre que daba suaves caricias a su pequeño, gracias a lo que creció muy sanamente, según estudios
del obstetra francés F. Leboyer.
