Gabriel Caballero puso fin a su carrera como jugador profesional de futbol, pero seguirá ligado a las canchas y a los Tuzos de Pachuca. Caballero se retira del futbol
Pachuca, Hgo.- Una de las historias más brillantes del futbol mexicano tuvo punto final ayer al momento en que su autor, Gabriel Caballero, anunció: "Pongo fin a una carrera que me ha dado más de lo que yo esperaba".
Quien naciera el 5 de febrero de 1971 en Santa Fe, Argentina, no fue profeta en su tierra al vestir los uniformes de Rosario Central, Newell's Old Boys y Central Córdoba Rosarino.
Luego pasó a ser un triunfador a partir de 1993, cuando llegó al Antofagasta de Chile, convirtiéndose en ídolo y campeón de goleo con 18 festejos.
En 1996 llegó al futbol mexicano con Santos Laguna, con el cual fue campeón en el Invierno 1996 y ganó seis estrellas con Pachuca, además de la Copa Sudamericana 2006.
Una vida llena de triunfos, festejos y emociones hasta las lágrimas, por eso hoy se sentía con melancolía y tristeza al colgar los botines, pero sabedor de que dará continuidad a su vida exitosa expresó que "vienen nuevas ilusiones y proyectos y por eso estoy feliz".
Y cómo no debería estarlo, si se va en plenitud de todo y porque se siente "bien, entero, joven, fuerte y por seguir en lo mismo, en lo que me gusta".
A partir de hoy es el auxiliar del técnico argentino Guillermo Rivarola, por lo cual seguirá en las canchas, ya no más como jugador, pero sí en el deporte de sus amores.
Agradeció infinitamente a la directiva de Pachuca y a todas las personas que en su camino le brindaron la mano y la oportunidad de desarrollarse y llegar a la cima.
Aunque era una decisión inevitable, comentó con melancolía que fue difícil tomarla por "pensar qué pasará al día siguiente" de colgar los botines, pero se siente arropado por el apoyo de su esposa e hijos y más porque va a seguir en la cancha.
El mediocampista creativo se naturalizó mexicano y el técnico Javier Aguirre lo integró en la selección mexicana de futbol para la Copa del Mundo Corea-Japón 2002.
Fueron más de 20 años como todo un profesional, de andar por los campos de su natal Argentina, de atreverse a explorar el ambiente mexicano y echar raíces al grado de alcanzar la naturalización, de ganar campeonatos, de jugar un Mundial, de hacer amigos y volverse el emblema de un club.
"Pongo fin a una carrera que me ha dado más de lo que yo esperaba; hoy se termina esta carrera, pero empieza otra", apuntó Caballero.
Con seis campeonatos de Liga, una Copa Sudamericana, la única que ha ganado un equipo azteca, dos ediciones de la Copa de Campeones de la Concacaf, una Superliga, un Mundial jugado en el 2002 y un título de goleo en México, presenta un bagaje complicado de igualar.
"Son 21 años de entrenar, pero lo tomo con calma por eso guardo todos esos recuerdos y los seguiré disfrutando, no hay que vivir de recuerdos, pero también recordar es vivir", consideró Caballero.