La policía de Ciudad de México detuvo a un jefe policial de la capital mexicana acusado de contratar a varios sicarios que asesinaron a un alto cargo de la fiscalía local con el que al parecer estaba enfrentado, informaron hoy fuentes oficiales y medios locales.
Álvaro Acosta Terán, jefe de la Policía Judicial del DF, fue arraigado (detenido de forma preventiva) por 30 días "por su presunta responsabilidad" en el homicidio del responsable del departamento de Investigaciones Desconcentradas de la fiscalía capitalina, Víctor Hugo Moneda Rangel.
Moneda, que según la prensa mexicana contaba con 30 años de trayectoria en la institución, fue asesinado a tiros el pasado 8 de diciembre por unos desconocidos que le tendieron una emboscada cuando llegaba a su casa a bordo de un automóvil oficial.
Además de Acosta fue detenido Darkin Emanuel Grimaldo López, alias "El gemelo" o "El Chuky", uno de los responsables directos del crimen, aunque otro sicario, Eduardo N., alias "El Lalo", permanece prófugo.
La captura fue posible porque después del asesinato la fiscalía descubrió -con la ayuda del testimonio de los vecinos- que dos sujetos habían merodeado la casa de la víctima antes del incidente.
Las autoridades incluso consiguieron hacer un "retrato hablado" (retrato robot) de Grimaldo, al que capturaron en la colonia Morelos, un barrio popular de Ciudad de México, a bordo de un vehículo en una fecha no aclarada.
La detención, se produjo el pasado fin de semana.
De las investigaciones se desprendió que Grimaldo actuó en complicidad con un sujeto conocido como Eduardo N., alias "El Lalo" para cometer el crimen, ejecutado "a petición" de Acosta, indicó la fiscalía.
Grimaldo fue consignado al Reclusorio Preventivo Sur de la capital mexicana por el delito de homicidio calificado.
Moneda tenía a su cargo la coordinación de investigaciones de la Policía Judicial capitalina (adscrita a la fiscalía) y, según con sus acciones puso en evidencia la protección que Acosta brindaba a varios delincuentes, entre ellos Luis Manuel López, alias "El rey de Tepito" -uno de los barrios más peligrosos de la urbe- o "El vale",
Acosta pagó 10 mil pesos (unos 711 dólares) a cada criminal para que asesinaran a Moneda, poco después de protagonizar una disputa con éste, quien era el encargado del Operativo Tepito, desarrollado en esa conflictiva zona.
En el crimen participaron dos delincuentes más -igualmente prófugos-, encargados de manejar los vehículos en los que huyeron los criminales tras cometer el asesinato y que recibieron la misma recompensa económica.
