El estrés suele ser el detonante de muchos problemas, como los relacionados con la ansiedad, que puede ser causante de males mayores.
El estrés suele ser el detonante de muchos problemas, como los relacionados con la ansiedad, que puede ser causante de males mayores.
La gente suele decir que se siente nerviosa, intranquila o no duerme bien cuando las preocupaciones se acumulan, los problemas parecen inexorables e interfieren con las actividades de la vida diaria. Es hora de acudir al médico, porque sentirse sobrecogido por la preocupación es un síntoma del trastorno de ansiedad generalizada (TAG).
Especialistas de la Mayo Clinic explican que hay personas para las cuales es difícil descartar las preocupaciones, aunque éstas parezcan no guardar proporción con el problema real: "Esta noche no puedo enfrentarme a mi club de lectura", "Quisiera no tener que salir de casa ni hablar con nadie", "Hoy, espero no sentirme mal otra vez" "¿Y qué pasa si efectivamente lo soy?".
Malas señales
Los síntomas suelen ser sobresaltos, dificultad para conciliar el sueño o para permanecer dormido, problemas de concentración, cansancio, tensión muscular o inquietud, sentir falta de aire, náusea, diarrea, dolores de cabeza y tener excesiva irritabilidad.
Las señales aparecen gradualmente con el transcurso del tiempo. Algunas personas que padecen de TAG ni siquiera pueden recordar la última vez que sintieron tranquilidad. Por lo general, el trastorno empieza en algún momento entre la niñez y la mediana edad, aunque puede presentarse en cualquier momento.
Se trata de un conjunto de tipos de trastornos de ansiedad, y entre otros están: fobias, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno de estrés postraumático y trastornos de ansiedad social, y pueden llegar solos, independientemente de cualquier otro problema de salud.
Pero pueden ser síntomas de varias enfermedades, como afecciones cardiacas o pulmonares, además de problemas de tiroides o hasta de índole alimentaria. El tratamiento de la afección subyacente puede ayudar a disminuir la ansiedad o servir para controlarla.
Más allá de la realidad
Cuando el problema principal es la ansiedad, la sicoterapia y los medicamentos pueden ayudar a que las preocupaciones sean manejables, dicen los expertos. Pero recuerdan que todo debe darse bajo estricta supervisión médica.
La sicoterapia implica colaborar con un terapeuta para descubrir esas creencias o comportamientos negativos y nocivos para la salud que contribuyen a la ansiedad, a fin de luego aprender a reemplazarlos con creencias positivas y sanas. Los medicamentos, tanto los antidepresivos como los fármacos contra la ansiedad, también pueden ayudar.
Entre los antidepresivos, la primera elección generalmente es un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS). Estos fármacos pueden ser sumamente eficaces, aunque para apreciar su efecto completo podría ser necesario esperar varias semanas o meses. Además, el tratamiento podría requerir hacer intentos con más de un fármaco para determinar cuál funciona mejor en la persona.
El uso prolongado de ciertos medicamentos es motivo de preocupación, debido a que pueden formar hábito y provocar inestabilidad o problemas de equilibrio, somnolencia y disminución de la coordinación muscular. Una visita al médico puede abrir las puertas a caminos de solución, de tranquilidad y normalidad.