En días pasados comenté con unos amigos el mensaje de un correo electrónico (mail), que recibí en lo concerniente a la actitud que tenemos los mexicanos para con nuestro país y con la ética con la que nos desenvolvemos en nuestro medio. Como inicio, nada tiene que ver la antigüedad del país con su desarrollo económico y social pues la India y Egipto tienen más de 2 mil años y aún no salen de la pobreza, cuando Canadá, Australia y Nueva Zelanda con 150 años son países ricos y desarrollados. La diferencia entre países ricos y pobres tampoco reside en sus recursos naturales disponibles pues Japón como ejemplo, tiene el 80% de su territorio total montañoso y se pelea el 2ÿ y 3ÿ lugar como economía mundial ya que ha sido astuto y hábil al importar materia prima y vender producto terminado a todo el orbe. Otro buen caso es Suiza, quien no cosecha cacao y tiene de los mejores chocolates, además, cría ganado lechero y cultiva el suelo solamente 4 meses, siendo el fabricante más reconocido de productos lácteos y para terminar, es la caja fuerte del mundo. ¿En dónde está el truco? Si escuchamos a los ejecutivos de países ricos y países pobres entenderemos que no existe una diferencia intelectual significativa, la diferencia se señala en el espíritu y la conciencia del pueblo, ésa es la realidad. Es fundamental que la educación y la cultura plasmen conciencias colectivas en los valores de la sociedad y éstas den inicio con la moralidad, la espiritualidad y la ética. En síntesis; hay que transformar la conciencia del mexicano y éstas son bases principales para dar inicio a este programa con las sociedades y asociaciones ciudadanas (sindicatos, organismos empresariales, de profesionistas, clubes de servicio y deportivos, etc.), autónomos a los gobiernos en sus tres niveles y poderes.
En países ricos prevalece el espíritu sobre la materia y adoptan los siguientes principios de vida; la ética como principio básico. La integridad. La responsabilidad. El respeto a las leyes y reglamentos. El respeto por el derecho de los demás ciudadanos. El amor a la familia y al trabajo. El esfuerzo por la inversión (generadora de empleos y riqueza). El deseo de superación. La puntualidad (no sólo en tiempo sino también en calidad y olvidar el "ahí se va").
Con estos conceptos bien aplicados además de la riqueza humana y territorial que tenemos, debemos pujar por un México mejor. ¿O no lo cree Ud. así?
P.D. Un nuevo gobierno requiere del apoyo ciudadano pues los dos van en el mismo barco y lo bueno o malo de un resultado será para ambos. Se requiere funcionarios que entiendan que es una vocación el oficio y servicio público y que no olviden que la soberbia confronta. El capital privado se acerca cuando existen condiciones de certeza, equidad y seguridad. Habrá que escoger bien. "Consuma lo hecho en México y estará dando trabajo a mexicanos".