En la final del primer Grand Slam del año, el Abierto Australiano jugado en cancha dura, Roger Federer de Suiza y Rafael Nadal de España reanudarán su vehemente rivalidad cuando se encuentren hoy domingo por la noche, tiempo de Melbourne. Es su primer enfrentamiento desde su excepcional batalla en la final de Wimbledon 2008 la cual ganó Nadal por 9-7 en el quinto set; también será su séptimo choque en una final de Grand Slam después de haber disputado los encuentros decisivos tanto de Roland Garros con superficie de arcilla como de Wimbledon con superficie de pasto de los años 2006, 2007 y 2008; en estas seis finales cuatro han sido para Rafa y dos para Roger.
Con este partido se podría hacer historia si Federer consigue la victoria para igualar la marca de todos los tiempos de catorce coronas de Grand Slam que ostenta el norteamericano Pete Sampras. Mientras que Sampras logró esta hazaña en su quincuagésimo segunda participación en los cuatro torneos grandes, Federer pudiera lograrlo en su trigésimo novena. El número dos del mundo, quien habrá aparecido en catorce de las últimas quince finales de Grand Slams cuando salte a la cancha Rod Laver, ya ha contrabalanceado al gran “pistol” Pete en lo que corresponde a las apariciones en finales de Grand Slam con dieciocho; solamente Ivan Lendl ha alcanzado más finales. Por su parte, Nadal si llega a imponerse se convertiría en apenas el doceavo tenista en la Era Abierta en ganar tres de los cuatro grandes y el primero desde el maestro Andre Agassi en ganar títulos de Grand Slam en tres superficies diferentes, además de que sería el primer español en levantar el trofeo en Australia.
