Despues Del Desastre.- Para resolver el problema de los vendedores ambulantes en el Centro Histórico de la Ciudad, y que fue comentado en esta columna, me había hecho el propósito de no ocuparme más por unas semanas, de la administración municipal de Torreón; pero nuevamente me veo en la necesidad de dejar a un lado temas tan delicados y preocupantes para todos, como lo es la influenza porcina, para entrar nuevamente a un tema sobre el cual deben estar hartos los torreonenses.
SE TRATA, NADA MÁS Ni nada menos, sobre el lastimoso estado que guarda la Policía Municipal de Torreón y sobre esa reflexión que todos ahora nos hacemos: ¡En qué manos está la seguridad de nuestra ciudad!
EL ASUNTO Se inició con la noticia de que 82 policías patrulleros habían desconectado, alterado o inutilizado el Posicionador Geográfico que el Consejo de Seguridad del Municipio había comprado y ordenaron instalar en las patrullas. Esto precisamente para poder llevar un control efectivo durante las 24 horas del día, sobre los movimientos, desplazamientos y circulación de las patrullas. Con el Localizador Posicionador Geográfico, el comando central puede saber en dónde y cómo hacían la vigilancia, en donde se habían estacionado, qué calles había recorrido etc. Pero nuestros genízaros resultaron más vivos que el Presidente Municipal, el Secretario de Seguridad y el Consejo de Seguridad, pues ni tardos ni perezosos los patrulleros decidieron borrarse de la pantalla para poder hacer de las suyas y sin poder ser detectados.
PARA TAL EFECTO, Con imanes y otras artimañas dignas de mejor causa, lograron inutilizar los chips para quedarse tranquilamente fuera de las pantallas de control, esto sin duda alguna, para poder seguir realizando sus honorables actividades en bien de la comunidad pero de manera anónima. Enterado el Alcalde del boicot al sistema, tomó una rara decisión: Poner a los patrulleros mañosos bajo una sobre vigilancia y soltarlos de nuevo a las calles con el consiguiente peligro para toda la comunidad.
POSTERIORMENTE Apareció el asunto de la prueba antidoping que se les practicaría a los cuerpos policiacos del Municipio y que finalmente resultó un fiasco, pues 339 elementos uniformados no se presentaron. Los jefes y los propios elementos de tropa argumentaron que no habían sido debidamente notificados sobre el lugar y hora en donde se practicaría la prueba antidoping, y que eso había sido la causa de su inasistencia.
LO MÁS REPROBABLE De todo este feo asunto, es que el Alcalde ya a casi cuatro años de que está al frente del Ayuntamiento, haya declarado entre otras lindezas, las siguientes: "Que los problemas no son de ahora, sino de anteriores directores como Alfredo Castellanos que los tapaba y no le informaba de todo". "Nos está tronando la bomba dentro de la policía, sabemos que hay un caos... cuando uno le mueve a la olla y la olla está para explotar, pero entonces ¿Qué hago?".
DE LAS DECLARACIONES Que hizo el Alcalde a El Siglo de Torreón, se desprende que los torreonenses no podríamos estar en peores manos en materia de seguridad, que con el actual Ayuntamiento de extracción panista. Los jefes no informan debidamente al Cabildo, no respetan a sus superiores, no los obedecen y en muchos casos, esos mismos jefes se protegen entre sí, hasta para boicotear los sistemas de control que ha impuesto el Consejo de Seguridad. No puede ser creíble que la Central del Control del Posicionador Geográfico, no se haya dado cuenta y de inmediato, que 82 patrullas desaparecían de las pantallas, y haber actuado y de inmediato en contra de los "fantasmas de azul", pero así fue.
Y ES QUE LA CHAMBA DE ALCALDE Cada vez se vuelve más ingrata, difícil y complicada. Manejar cualquier ciudad ahora ya no es cosa fácil y mucho menos cuando una administración estatal es de un partido y la municipal es de otro partido. Esto viene siendo un nuevo factor de dificultad al cual no están acostumbrados los políticos bisoños. Para lograr una verdadera armonía entre los dos poderes, el estatal y el municipal, se necesita hacer mucha política cosa de lo cual carece la actual administración y he ahí las consecuencia.