Hace cuatro años y medio Ameneh Bahmani, una brillante y agraciada estudiante iraní de ingeniería electrónica, vio destruida su vida por un pretendiente que le arrojó ácido en la cara para frustrar su matrimonio.
Ciega y con la cara totalmente desfigurada, la joven regresa hoy a España para someterse a su décimo octava operación con una polémica sentencia bajo su brazo: su agresor será igualmente cegado con diez gotas de ácido en cada ojo.