EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Cherchez (y dejen encerrez) la femme

EL COMENTARIO DE HOY

Francisco Amparán

Cualquier aficionado regularzón al cine de Francia o a las novelas escritas por los irreductibles galos (entre los que figuran, después de todo: los Dumas, Balzac, Flaubert y Proust, ahí nomás para abrir boca), saben que en esas obras artísticas aflora una realidad incontestable: ¡Ah, pero qué latosas son las francesas!

Y es que, será por carácter nacional o simple mitología, pero el arte francés se halla pletórico de ejemplos de damas tormentosas, que saben sembrar y cosechar tempestades. Y con frecuencia sus arrebatos conducen a que paguen justos por pecadores, dada su innata capacidad para manipular a los hombres en su beneficio.

Algo así ha de estar pensando el presidente Felipe Calderón, quien tuvo que capotear una visita de Estado muy importante, teniendo como telón de fondo y haciendo ruido a una mujer de aquellas tierras.

Como es sabido por el amigo lector, la visita del presidente francés Nikolas Sarkozy a nuestro país estuvo marcada por la atención prestada no a la instalación en México de una fábrica de helicópteros, ni a las buenas relaciones con un país que podría ser una de nuestras puertas y ventanas a la Unión Europea; sino al caso de una ciudadana francesa, una tal Florence Cassez, convicta por secuestro y condenada a purgar sesenta años en una cárcel mexicana.

Por supuesto, si cumple la pena, será todo un récord mundial. Si diez años, sabe Dios…

Según todos los organismos ciudadanos que saben del caso, no cabe duda que la mentada Florence era participante activa en una banda de secuestradores, y que cayó en manos de la justicia prácticamente in fraganti. Pero a Sarkozy (y a su mujer, Carla Bruni) se le ha metido entre ceja y ceja el repatriar a su conciudadana, de acuerdo a un convenio que permite a los franceses convictos de un delito en México, purgarlo allá en su país.

El asunto no tiene mucha ciencia: Sarkozy quería sacarle raja política a la repatriación de la señora ésta, quedando como paladín defensor de los derechos de aquellos franceses que se han visto envueltos y castigados en los notoriamente deficientes sistemas judiciales de países del Tercer Mundo.

De hecho, habría que recordar cómo se puso a saludar con sombrero ajeno con lo de la liberación de Ingrid Betancourt… proceso en el cual él no intervino para nada.

Pero las intenciones de Sarkozy se enfrentaron a un fuerte muro de críticas muy a lo azteca: se habló de intervencionismo, tratados alevosos, intento de eludir el justo castigo… en fin, ya sabemos cómo nos las gastamos los mexicanos para esas cosas. La verdad, ¿qué castigo es ir a una prisión del Primer Mundo? No, que purgue su condena aquí, para que sepa lo que es amar a Dios (ora sí que) en tierra de indios.

Pero además, otra cosa curiosa: los mismos políticos que se rasgan las vestiduras para que esta dama no cumpla su condena allá… son los que hacen lo mismo pidiendo que no se ejecute a mexicanos en Estados Unidos. Pues entonces, ¿cómo está la cuestión del respeto a las instituciones de otros países?

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 419882

elsiglo.mx