Daniel Estrada
El Siglo de Durango
Durango
La violencia es un problema que se tiene que resolver de base, pues incluso hablar de ella delante de los menores de edad causa trastornos severos de ansiedad; por otra parte, es un fenómeno social que trae consigo constantes lesiones y discapacidades contra sus víctimas.
Marta Palencia Núñez, directora del Instituto de Salud Mental, platicó que la violencia tiene raíces de tipo político, cultural y económico, entre otras; además se trata de un problema que hay que resolver de base.
“Hay que recordar que la violencia sólo había sido estudiada por los campos de la justicia social y las ciencias sociales y no fue hasta 1996 que la Organización Mundial de la Salud incluye a la violencia como un problema de salud pública”, mencionó.
Esto se presenta cuando las personas se dan cuenta de los perjuicios que causa este mal como discapacidades y lesiones, de tal manera que se empieza a dar mayor apertura en el campo de la prevención, sobre todo en lo concerniente a la salud mental.
La violencia no llega sola, pues viene acompañada de disyuntivas familiares, un mal aprendizaje del niño e incluso se convierte en un componente biológico, ya que hay gente que trae establecida la agresión en su temperamento.
Mientras tanto, con relación al daño que ésta hace de forma indirecta a la sociedad, comentó que se debe evitar dejar correr chismes para no entrar en un estrés colectivo, pues eso altera el orden sobre todo en los niños que escuchan las pláticas de los adultos, mientras éstos toman el café hablando del acontecer violento diario.
