Las autoridades madrileñas, decidieron ordenar el cierre indefinido del restaurante-acuario Armandia, al argumentar que los peces que habitaban en el lugar, se habían convertido en unos asiduos practicantes de orgías, práctica que era vista con muy buenos ojos por algunos comensales del lugar, quienes incluso se convirtieron en principales cómplices de los peciecillos, al no informar a los dueños del local sobre los actos que se llevaban a cabo todos los días:
"Últimamente nos llamaba mucha gente interesada en reservar la mesa que hay justo delante de los peces. Se ve que unos clientes se dieron cuenta de lo que ocurría y en vez de avisarnos, recomendaron el sitio a amigos y conocidos", declaró Adrián Luque propietario del lugar, quien calificó su establecimiento de familiar:
"Es un restaurante familiar, discreto, y no toleramos esos espectáculos. Creemos que todo esto lo motivó una anguila rara que se metía donde no debía", concluyó Luque, quien anunció que la primera medida que tomarán para recuperar la confianza del cliente, será vaciar el acuario y buscar colocar a los peces en alguna clínica especializada, con el fin que ésta se hago cargo de ellos de ahora en adelante.
