ESTO NO ES TODO, DICKENS
Un Cuento de Navidad, la novela corta de Dickens, aún el más perfecto ejemplo de historia navideña, ha sido llevada a la pantalla decenas de veces (la wikipedia refiere más de 60 sólo entre cine y televisión angloparlante), y cabe esperar que sea adaptada muchas veces más.
La permanencia de la historia debe atribuirse principalmente al genio dickensiano, pero también a que la condición humana no ha cambiado nada desde su publicación.
En los países avanzados se habrá erradicado el trabajo infantil, socializado la atención médica y la educación, e instaurado mecanismos fiscales redistributivos medianamente exitosos, pero en el corazón del hombre sigue latiendo la avaricia, el egoísmo y el despotismo. Es decir, sigue latiendo Scrooge.
Dickens era un reformista, un filántropo, un liberal social, pero conservador económico. Pensaba en la caridad como un deber individual, no una obligación que el estado coaccione. Y es en el ámbito íntimo donde su cuento opera.
La obra manifiesta su esperanza en la capacidad de enmendamiento, de redescubrimiento solidario del prójimo, de redención por medio del desprendimiento, del poder reformatorio de una sola noche de tortura psicológica y horror sobrenatural.
La historia nos la sabemos todos, y la nueva versión no se toma riesgos innecesarios haciendo modificaciones sustanciales a la trama. Si acaso, el pecado del director Robert Zemeckis sería añadir largas escenas de persecución y paseo aéreo sin otro fin que lucir el efecto tridimensional. Que por cierto, primera vez que me convence. Será el proceso de Disney, porque ni el de Pixar ni el de Sony me parecieron dignos del desembolso adicional. En cambio, la 3D de esta cinta luce realmente espectacular.
El legado de Dickens continuará por siempre. Él es el verdadero fantasma de las navidades pasadas, presentes y por venir. Poco se comenta, pero Dickens contribuyó, con plena conciencia, a hacer de la Navidad una festividad aceptablemente secular, dedicada a cualidades humanas universales, más que religiosas.
Su cuento es también uno de espectros, y como tal, es de esperarse que meta miedo. Esta nueva película no está exenta de momentos atemorizantes, que a algunos niños asustará más que a otros. Piénselo antes de llevar a los más pequeños o a los más ñoños. Aunque por otro lado, si no se asusta ¿cómo aprenderá Scrooge?
Mientras tanto, el legado de Michael Jackson habrá de apagarse. El filtro de las décadas reducirá su herencia musical a 4 o 5 canciones. El escándalo también se desvanecerá en el tiempo. Y si tiene suerte, la imagen de artista dedicado y exigente, pero respetuoso, que refleja el muy interesante musical/documental This Is It, será la que prevalezca. Si tiene suerte, y sus ángeles logran subsistir más que sus demonios, eso habrá sido todo.