2012 Y SECTOR 9: LA NUMEROLOGÍA DEL DESASTRE
Dos cintas en la cartelera tratan de predecir el comportamiento humano frente a hipotéticos eventos cataclísmicos, basándose en las conductas adoptadas en el pasado. No es que fueran reacciones difíciles de prever: en el caso de una catástrofe natural de proporciones globales, los primeros en saber y únicos con posibilidad de salvación serían los ricos y poderosos; y en caso de recibir una oleada de refugiados extraterrestres, acabaríamos por segregarlos y explotarlos. Por disparatadas que puedan parecer las premisas de ambas cintas, lo realmente absurdo sería un comportamiento humano distinto al que se presenta en pantalla.
Ahora. Ambas cintas presentan hipótesis fascinantes, son tremendamente divertidas, provén de una honda experiencia visceral y se caen en el tercer acto, pero no están al mismo nivel. 2012 es un producto diseñado para el consumo masivo, que aunque mantiene estándares de calidad altos en su construcción argumental, su motivación no es distinta a la de los creadores de montañas rusas, obcecados en romper el récord de altura y velocidad del parque contrario. Pásele, pásele, 2012 le garantiza más destrucción y efectos especiales por minuto que ningún otro. Hasta que llegue 2013.
Las fuertes emociones que provoca 2012 surgen de nuestra identificación primitiva con instintos básicos de supervivencia: la urgencia de proteger a las crías, el miedo a los elementos naturales hostiles (más hostiles que nunca, ciertamente). En cambio, Sector 9 apunta más arriba, a encontrar con el público una complicidad en la autocrítica, a cuestionarnos nuestros méritos como especie. Como bien sabemos, la grandeza de una sociedad se mide la forma en que trata a sus elementos más débiles; a los niños, a los enfermos, a los prisioneros. ¿Podemos extender el alcance de la máxima de Gandhi, y juzgar a un planeta por la forma en que trata a sus horripilantes refugiados alienígenas?
Sector nueve no será una película redonda, pero vale mucho la pena, hay agujeros en la trama y comportamientos ilógicos en los personajes centrales, pero la novedad compensa la imperfección. No se la pierda
Mrivera@solucionesenvideo.com
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