Empleadas de la cocina del DIF Municipal surten pedidos de gorditas, tacos y desayunos de funcionarios de primer nivel del Ayuntamiento, hasta con servicio de envío a sus oficinas.
SOMBRERETE | El espacio se ha convertido en un lugar de chismes de café donde las secretarias y trabajadores pasan las horas en lugar de laborar.
Sombrerete, Zacatecas.- El espíritu de la Cocina Popular del DIF, de brindar atención a las personas de escasos recursos económicos de la ciudad y de las comunidades, se perdió y se convirtió en una fonda a la orden de funcionarios y empleados municipales.
Descontento. Las empleadas de la cocina hasta surten pedidos de gorditas, tacos y desayunos de funcionarios de primer nivel del Ayuntamiento que ganan jugosos salarios, hasta con servicio de envío a sus oficinas. En tanto, la gente de escasos recursos económicos, aquellos para los que fue creada la Cocina Popular, tienen que esperar horas hasta que terminen de comer los empleados municipales.
Declaración. Secretarias, directores y funcionarios, desde el primero al último nivel, comen en la cocina del DIF, en tanto la gente de las comunidades sólo se limita a mirar. Obreros que deben trabajar a diario para ganarse el pan señalan que difícilmente sacan para comprar comida en la calle y prefieren acudir a la cocina del DIF pero siempre está llena de secretarias y empleados.
Comparaciones. La cocina se ha convertido en un lugar de chismes de café donde las secretarias y empleados pasan las horas en lugar de trabajar. La gente de las comunidades que llega sólo señala: “Estos tienen el modo, ganan bien y les quitan a otros que no tienen”. En tanto, empleados del DIF llevan los encargos de gorditas y desayunos a las oficinas de la Presidencia a funcionarios que ganan arriba de dos mil a cinco mil pesos quincenales y a funcionarios de primer nivel que ganan mucho más y que bien pueden comprar su desayuno.
DATOS
Las actividades y apoyos del DIF siempre van encaminados a la gente más necesitada, no a funcionarios ni empleados.
La Cocina Popular se llena de secretarias y empleados, en tanto la gente de escasos recursos económicos espera horas.
Los empleados y funcionarios ganan de 2 mil a 5 mil pesos y más. La gente necesitada no tiene para comprar una torta.
Brisia Arlette Ramírez
El siglo de Durango
