Impotencia. Sin ayuda de nadie, Samy, el dueño de la tienda, esparció caliche en la tierra para que la gente se pueda acercar cuando llueve. El caliche es un depósito de carbonato de calcio. EL SIGLO DE TORREÓN
Matamoros
La colonia Martínez y Martínez, varias calles detrás de la Soriana ubicada en el bulevar Torreón Matamoros, se encuentra olvidada. Los habitantes tienen que valerse de sus propios recursos para atender los problemas que aíslan a la colonia, los cuales son más evidentes en días de lluvia.
FALTA DE APOYO Apenas a unas calles detrás de la Soriana se distingue la colonia Martínez y Martínez, donde los caminos dejan de estar pavimentados. La colonia se construyó en colaboración de la gente con trabajadores e ingenieros; no se permitieron decisiones aleatorias al momento de construirla: está bien trazada, ubicada; se planeó su drenaje, agua, y luz, pero la falta de pavimentación sigue siendo un problema, y actualmente hay tuberías subterráneas con fugas que incluso han hecho que el pasto crezca sobre ellas.
Las amplias calles de tierra se convierten en un problema cada vez que cae una lluvia algo fuerte. Entre 6,000 y 7,000 personas que habitan la colonia quedan aisladas totalmente por los lodazales que se forman. Un vecino dijo que "las lluvias dejan todo esto anegado, no hay manera de entrar ni de salir. Si empieza a llover fuerte en la noche, la gente saca las camionetas de la colonia y las deja allá estacionadas, si no después ya no salen".
GENTE TRABAJADORA La gente no se queda de brazos cruzados y los que pueden tratan de hacer algo. Como "Samy", quien atiende una miscelánea en una esquina de la calle General Cepeda.
A falta de pavimento, Samy vació caliche en la calle frente a su tienda para que la gente se pueda acercar. Dicho relleno originalmente iba a ser usado para su casa, pero prefirió usarlo en la calle, porque cuenta que "en los dos o tres días que duran los lodazales no entra nada a la colonia, necesitamos pavimento para que entre la leche, el pan, el camión del huevo".
El líder de la colonia también forma un grupo para asear una pequeña plaza en la General Cepeda. Cada quincena, un grupo de mujeres ayuda a mantenerla libre de maleza por unos 200 ó 300 pesos a cambio del servicio de limpieza. Cada quien contribuye en lo que puede, pero muchos pueden muy poco. "Se arman colectas para ir a traer caliche y tapar las calles, pero de 20 pesos que se piden la gente sólo puede poner 5, y no sirven de nada, pero así está la crisis", cuenta otro vecino.
La gente está dispuesta a poner la mano de obra, muchos están dispuestos a esparcir con sus palas el caliche o el pavimento, pero nadie tiene el dinero para traer el material de trabajo.