Deportes Cristiano Ronaldo Selección Mexicana Mundial 2026 Liga MX selección nacional

Columna de Rosell

 Columna de Rosell

Columna de Rosell

RAFAEL ROSELL

Una de las condiciones que cualquier técnico del mundo envidiaría fue echada a perder por Daniel Guzmán. Cualquier entrenador del mundo quisiera tener la certeza de que pasara lo que pasara su directiva iba a estar detrás de el. Cada vez que alguien condicionaba la permanencia de Daniel al frente del equipo lagunero, algún miembro de la directiva, sobre todo su presidente Alejandro Irarragorri dejaba en claro que por ahí no iba la cosa. Daniel estaba firme como una roca y todo era cuestión de capotear el siguiente temporal, esperar que las aguas tomaran su curso y después todos a sonreír.

Entonces ¿qué fue lo que empujó a Daniel a presentar su renuncia desde el momento en que terminó el juego en Morelia? El no aceptar las reglas del juego y no me refiero a las reglas dentro de la cancha sino fuera de ella. Una de las principales reglas consiste en resistir y "hacer de tripas corazón" cuando las cosas no marchan, Daniel no era congruente con lo que declaraba: "seguiremos trabajando para salir adelante sobre todo con el apoyo de esta gran afición" y la forma en que su cuerpo, su rostro, sus gritos expresaban en la cancha de juego, retando, enfrentando, e incluso insultando al que lo alcanzaba a oír.

No puedes esperar que un sector de los llamados "duros" de la afición responda solidariamente si aparejado a los malos resultados observan a su técnico encolerizado y retador.

Otra regla no escrita en el futbol es no esperar que te valoren permanentemente por lo hecho en el pasado, el público suele ser cruel y de corta memoria y para colmo a veces selectivo, es decir, a otros les perdona todo: Benjamín Galindo nunca pudo ganar con Santos como entrenador pero su crédito como gran jugador de los Guerreros nunca se le agotó. Alfredo Tena a un año de ser campeón desbarrancó al equipo hasta al último lugar de la tabla general, pero su congruencia en sus declaraciones y su innegable carisma lo convertía prácticamente en intocable, la mayoría de la afición se lanzaba contra los jugadores nunca contra ellos.

Daniel simplemente nunca gozó de la simpatía de las mayorías en parte por su forma de ser y otra por no seguir otra de las reglas: diplomacia o política, llámenle como ustedes quieran, nunca debes de meterte con la afición, nunca. Puedes por ahí soltar algún comentario como "agradecemos el apoyo que nos brindan, ojalá sea tanto en las buenas como en las malas".

Es muy fácil decir que Daniel debió resistir hasta el final de la temporada, si para él, la afición que un día lo vitoreo y ahora le exigía con dureza resultados era de una ingratitud incomprensible, su derecho le asistía. Daniel quería que todos entendiéramos lo que sucedía en el vestidor y en las vidas de los futbolistas, se cansaba de pedir que comprendiéramos la condición humana de sus jugadores, "son seres humanos que sufren igual que cualquiera" nos decía. Los problemas de lesiones e incluso familiares por los que atravesaban, trataba de que entendiéramos el por que de un mal juego, mas allá del pobre futbol exhibido: "No son maquinas tienen que pasar por altibajos" pero he ahí otra regla de este juego.

Ni a la afición ni a los medios nos importa gran cosa lo que pasa después de los partidos, unos exigen y los otros señalan si el equipo no levanta, así han sido las cosas y así seguirán, si te adaptas y te endureces sobrevivirás, de lo contrario sucumbirás, no importa que hallas salvado al equipo y hallas probado las mieles de la gloria, cuando el clima se enrarece debes de mantenerte incólume, como lo hacía por mencionar algunos: Graneolatti o Eduardo de la Torre, impertérritos daban la cara pidiendo paciencia hasta que esta se agotaba.

Otro ejemplo de no soportar la presión lo dio en su momento José Antonio Noriega, siendo vicepresidente deportivo, desesperado exigió un comunicado oficial del equipo repartiendo las culpas, "no es justo que yo cargue con todos los errores" decía "Tato" y violaba otra regla, aguanta, como otros en su momento aguantaron: De Villa, Canedo, etcétera.

Volviendo con la renuncia de Daniel era de llamar la atención el tiempo que se mantuvo al frente de los Guerreros, 107 juegos una auténtica marca para un entrenador conocido por la forma en que rechazó ofertas para continuar en algunos de los equipos que dirigió, antes de llegar a Santos su mejor récord de permanencia en un club fue con el Veracruz, 52 partidos dirigidos, menos de la mitad de los que dirigió al equipo de la Comarca.

Ha sido un golpe duro para la dirigencia lagunera, pero el show debe de seguir, se perfila un hombre decente y trabajador con un pasado santista sui generis Sergio Bueno.

Sui generis porque recordamos lo bien que jugaba el equipo, pero al final el marcador favoreció cinco veces seguidas al rival. Se cierra un capítulo mas en nuestro querido equipo, descansa Daniel, ocúpate de los tuyos, Dios mediante nos veremos en la gran inauguración del TSM, donde estoy seguro recibirás los aplausos que tanto necesitaste al final de tu ciclo con el Santos Laguna.

Rrosell50@hotmail.com

Leer más de Deportes

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Deportes

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

 Columna de Rosell

Clasificados

ID: 423256

elsiglo.mx