Santos sigue sumando de a tres, y la mayoría de la gente involucrada en el devenir del equipo lagunero, llámese afición o prensa, sigue anunciando el inminente holocausto, "no se confíen" nos dicen, "pronto se toparán con la realidad" nos advierten, "jugando así el desastre nos espera" nos amenazan. Mientras tanto, Sergio Bueno y sus muchachos siguen en ruta a la tierra prometida: la clasificación, que por cierto no se logró el torneo pasado.
Bueno estuvo cerca de perder su empleo una vez más en Zapopan, a partir de ahí encontró la forma de ganar a como diera lugar. La fortuna, que se burlara de él en su primer periodo con Santos, ahora evidentemente le sonríe, ese ingrediente que nadie puede controlar o forzar es parte de la buena racha de los "Guerreros", pero pocos equipos en el mundo pueden darse el lujo de prescindir de la suerte para obtener triunfos, el Barcelona por ejemplo.
Es obvio también que jornada a jornada se seguirá cuestionando a Bueno y se caerá en la salida fácil, si gana el equipo es mérito de los jugadores, si pierde es culpa del técnico, pero no de cualquier técnico, específicamente tiene que ser Sergio Bueno. Cuando Benjamín Galindo (incuestionable como grandísimo jugador, pésimo como técnico santista) entregaba desastrosos resultados, la gente seguía apoyándolo, más por los recuerdos de sus hazañas como futbolista que por sus nulos logros desde la banca, Sergio tiene que cargar con ese mal karma, simplemente la gran mayoría de la afición guerrera se resiste a darle el reconocimiento que a estas alturas ya merece. Pero en fin, así son las cosas. Sergio sabe que un empate en casa contra el poderoso Pachuca será suficiente motivo para que le vuelvan a caer encima. Lo sabe, lo acepta y sigue trabajando, no hay de otra.
P.D. Este domingo contra el Pachuca los aficionados se encontrarán con la agradable sorpresa de que falta la reja de tela ciclónica alrededor de la cancha del viejo Corona, obviamente los que se sientan en las primeras filas serán los primeros en agradecer este gran detalle, la diferencia entre ver el futbol como público civilizado o no depende de nosotros, nunca más una reja entre nosotros y la cancha de juego.
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