La obesidad infantil representa un grave problema de salud pública en México, y la prevención es el mejor camino para enfrentarla.
La obesidad infantil representa un grave problema de salud pública en México, y la prevención es el mejor camino para enfrentarla.
Es cosa del pasado pensar que los niños delgados están enfermos o que son presa fácil de ciertos males, cuando la realidad es que las viejas ideas sobre que un infante era sano al lucir exceso de peso, eran las que conducían a padecimientos graves. Es momento de poner en marcha esfuerzos para alejar los peligros del sobrepeso y la obesidad en los menores.
Especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) advierten que los niños mexicanos gordos forman el grupo más propenso a desarrollar enfermedades crónico-degenerativas propias de los adultos, como diabetes mellitus, hipertensión arterial y otros padecimientos cardiovasculares a temprana edad.
Buena comida
De acuerdo con la nutrióloga Martha Leticia Martínez Viveros, coordinadora de Programas de Nutrición en los Programas Integrados de Salud del IMSS, es urgente fomentar una alimentación correcta desde el desayuno y promover el hábito de llevar a la escuela un refrigerio nutritivo preparado en casa, a fin de que los niños eviten el consumo de productos no saludables.
Dice que el problema de obesidad y sobrepeso infantil es consecuencia de la deficiente alimentación y sedentarismo, debido al cambio en los patrones de juego, es decir, a la escasa o nula actividad de los menores por el uso de aparatos electrónicos de video, ver televisión o usar internet durante largas horas, por lo que no gastan energía en comparación con los juegos tradicionales.
La doctora recomienda que el refrigerio escolar sea preparado de forma balanceada, que incluya alimentos caseros que, según la cocina tradicional mexicana, contienen todos los elementos para ser sanos.
Asunto vital
La nutrióloga Rebeca Castro Leyva, experta del IMSS, no tiene duda que el modelo de vida en el cual la madre trabaja fuera de casa ha provocado que los niños consuman alimentos chatarra, que tienen escaso nivel nutritivo, con exceso de químicos, gaseosas o golosinas que quitan el apetito.
En este cambio de estilo de vida, en el que se carece de tiempo para preparar alimentos sanos, se fomenta una dependencia al consumo de comida rápida, que contiene altas cantidades de grasa e hidratos de carbono.
De acuerdo con cifras del IMSS, se han detectado problemas severos de esta patología, que se ha incrementado 30% en menores en edad escolar, lo que conlleva a altos niveles de colesterol y falta de oxigenación de tejidos en niños de tres años de edad, por lo que especialistas del Instituto impulsan la orientación e información con madres de familia para lograr una alimentación nutritiva.
Odette Balvanera Ortiz, pediatra del Seguro Social, alerta sobre los productos chatarra que contienen ingredientes que causan irritación en el aparato digestivo, lo que desencadena gastroenteritis o gastritis en niños, enfermedades que antes sólo padecían los adultos.
Las especialistas coincidieron en que se debe fomentar la actividad física en los niños y adolescentes, cuando menos 30 minutos al día: correr, trotar, andar en bicicleta, así como deportes aeróbicos, que son parte importante de su desarrollo, hábitos que deben mantenerse durante toda la vida.