Manolo Arruza se despidió de esta profesión cortando una oreja a su primer toro, mientras en su segundo, el del adiós, se llevó una fuerte ovación con una vuelta al ruedo. (Jam Media)
México, Df .- Fue entonces cuando la tarde de ayer se vistió de nostalgia y emoción. En las notas de la banda, Las Golondrinas; en el público, los "¡olés!", y en los ojos de un torero las lágrimas.
Se despedía Manolo Arruza, el hijo del "Ciclón". El toro, veracruzano, de la ganadería de San José, regateaba las embestidas. Sin embargo, el torero logró algunos derechazos y concluyó a la manera de Carlos, su padre, con magistrales doblones.
Lamentablemente pinchó. Minutos después, su pequeño hijo le cortaba el añadido. Atestiguaban Jesús Solórzano, Guillermo Capetillo y José Antonio Ramírez el "Capitán", quienes con Manolo Arruza alguna vez torearon siendo niños un festival en la Plaza México.
Inauguración de la Temporada Grande. No hubo lleno total, en las localidades de sol y sombra numerados poca gente, en los tendidos generales algunos huecos; sin embargo, los revendedores ofrecían boletos hasta en mil 500 pesos. Y ahí estaban los que van a ver o a que los vean. Manlio Fabio Beltrones por un lado, César Nava por el otro, Germán Martínez Cázares más allá. Y actrices y empresarios, pero también el público fiel.
El triunfador, Fermín Spínola. Ganó las dos orejas del tercero de la tarde, Huasteco; pudieron ser otras dos y hasta el rabo de Cafetero, pero lo pinchó en el primer intento. En el segundo metió el estoque hasta la empuñadura y recibió un apéndice.
Fermín, discípulo de Francisco Rivero Agüero "Curro Rivera" no es ningún jovencito, tiene ya 32 años. Mucho es lo que ha luchado, pocas han sido las oportunidades. Sin embargo, ya desde la temporada pasada llamó la atención, y ayer se mostró maduro, inspirado y poderoso. Exponente del toreo a la mexicana con sentimiento e inspiración. Templados los derechazos y los naturales con gracia.
En sus faenas hubo en varias maneras homenajes a Manolo Martínez, al ya citado Carlos Arruza y, desde luego, a su padrino "Curro Rivera".
El que llevó el público a la plaza, y el que llegó tarde al paseíllo fue el valenciano Enrique Ponce: la gente lo recibió con una aclamación. Con Cañero, un berrendo de 513 kilos, interpretó buenas verónicas y una media. Inició la labor con la muleta con esas tan peculiares flexiones de rodillas corriendo la mano. El toro no embestía. En algún momento el maestro pareció reclamarle, algo le dijo. Pero luego con su toreo mágico hizo que siguiera el viaje de su brazo, la muñeca y la franela. Una espléndida estocada y una oreja.
Cartel inaugural que no defraudó. Ambiente de fiesta grande. Impresionante el coro, el largo "¡ooooleeee!" cuando los tres matadores partieron plaza.
Habemos Temporada Grande. Ojalá, por el bien de la fiesta brava; y como suele decirse en el patio de cuadrillas, "que haya suerte para todos".
Buen cartel
Inicia con el pie derecho la temporada.
n Spínola, quien también fue el triunfador del pasado serial en este coso monumental, alternó con el capitalino Manolo Arruza, quien se despidió ayer de los ruedos tras 36 años de alternativa. Completó el cartel el español Enrique Ponce.
n Se lidió un encierro de la ganadería de San José, que tuvo una buena presencia y un juego bastante aceptable. Los corridos en tercero y en sexto sitios merecieron arrastre lento.
