La Arquidiócesis de México aseguró que los crímenes contra ministros religiosos “agrava mucho más la culpa de los asesinos”.
Condenó enérgicamente la ejecución de tres sacerdotes en Guerrero.
“Cualquier acto de violencia es deplorable por sí mismo y más aún, cuando se trata de personas consagradas a Dios, lo que agrava mucho más la culpa de los asesinos”, advirtió la arquidiócesis que encabeza el cardenal Norberto Rivera Carrera.
Este sábado asesinaron al padre Habacuc Hernández y los seminaristas Eduardo Oregón Benítez y Silvestre González, con armas de grueso calibre, en el municipio de Ciudad Altamirano, cuando los religiosos se trasladaban en una camioneta a una reunión pastoral.
En un comunicado difundido a través del Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (Siame), exigió a las autoridades investigar este crimen y castigar a los culpables conforme a la ley.
“El Arzobispado de México se une al dolor de los fieles de Ciudad Altamirano y de la propia Arquidiócesis de Acapulco, y reza a Dios por el eterno descanso de las víctimas de este cobarde crimen”, manifestaron.