Los pacientes de edades avanzadas presentan molestias (síntomas) y signos a veces difíciles de notar o darles un justo valor. Las situaciones generadas por la comunicación: sordera, términos utilizados por ellos que no son entendibles para familiares o médicos, etc. El hecho de considerar: está de malas, no quiere hablar, no quiere comer o levantarse de la cama, son consideradas más como cambios de humor o estado de ánimo y pueden en realidad ser los signos de enfermedades potencialmente graves.
La falta de cuadros que nosotros conocemos como floridos o evidentes se manifiesta por cosas tan simples como: falta de fiebre en infecciones bien establecidas, dolor no manifestado o al parecer de nosotros y los que los rodean exagerado. Todo lo anterior hace que detectar enfermedades en etapas tempranas, donde pueden ser mejor tratadas y con resultados favorables, sea un periodo de tiempo que se pierde al hacer conjeturas que no tienen base en un adecuado interrogatorio, un examen completo y el apoyo, de ser necesario, de los exámenes correspondientes.
Por lo anterior es conveniente tomar muy en serio cualquier cambio o molestia en su estado general, vigilar la frecuencia y características de sus evacuaciones, si se alimentan en forma adecuada y completa, si se asean o no, si toman medicamentos que sean supervisados (vigilando directamente la ingesta o las cajas o frascos). Si en las vivencias diarias se encuentran con situaciones como: temblores no vistos previamente, si repiten o perseveran en cosas o detalle ya pasados, si lo que uno cree son alucinaciones o “es que está chocheando”. Todo ello puede manifestar la presencia de enfermedades que afectan de manera notable su estado de conciencia, hidratación, nutrición, etc. Y no darles valor a tiempo los pone en riesgos innecesarios.
Algo muy importante, si ellos se animan y nos reportan una molestia hay que darle la importancia debida y ello permitirá que nos puedan dar más detalles, no olvidar nunca hacerlos aceptar un buen examen de la parte dolida, ya que esto es a veces motivo de conflicto con sus familiares o cuidadores por razones culturales y de pudor.
Por último, tomar en cuenta que nuestros viejitos se ven obligados a utilizar una gran cantidad de medicamentos y de ayudas: prótesis dentales, ortopédicas, andadores, etc., las interacciones de las primeras y el buen humor o mal funcionamiento de las segundas muchas veces son motivos no reconocidos a tiempo de que algo anda mal y no actuamos a tiempo.
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