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CONDOMEDICS EN LA SALUD PEDIATRA

DR. VÍCTOR ALBORES GARCÍA

¿Cómo lograr que sus hijos duerman bien?

El sueño es una función muy importante, ya que durante el mismo, se suceden una serie de cambios fisiológicos, biológicos y metabólicos, que además de contribuir a la recuperación de la energía consumida o empleada en las actividades desarrolladas durante las horas de vigila (estar despierto) y permite recuperarse de las aflicciones, temores y angustias, así como de la euforia de los logros, éxitos o placeres, que también pueden repercutir como factores estresantes en la vida del ser humano.

Durante el sueño profundo nos recuperamos de las tensiones psico-afectivo-emocionales, recobrando la energía física.

El recién nacido tiene un ritmo de sueño más corto que el del niño mayor o el adulto. Es decir, los ciclos de sueño-vigilia se producen varias veces en un día hasta que a los 4-6 meses este ritmo de sueño-vigilia se hace cada 24 horas. El niño de pocos meses tiene primero un sueño activo en el que hay movimientos de sus ojos, algún ruidito, gestos en la boca, movimientos de extremidades, y éste es seguido de un sueño tranquilo. A partir de los 4-6 meses las fases del sueño se van pareciendo a las del niño mayor y el adulto donde primeramente hay dos fases de sueño equivalentes al sueño tranquilo y una fase de movimientos rápidos de los ojos que corresponden al ensueño, es decir, al sueño que podemos recordar si nos despertamos en ese momento.

Es muy importante saber que durante el sueño normal todos los niños (y adultos) tienen despertares, generalmente breves, que se continúan sin darnos cuenta con el sueño.

Todo recién nacido deberá dormir la mayor parte del día, alrededor de 18 a 20 horas, manteniéndose despierto sólo para comer, y durante pocos o breves momentos de interrelación con la madre, para nuevamente volver a dormir. De 1 a 3 meses dormirá de 18 a 20 horas, De 3 a 6 meses 17 a 18 horas. De los 6 a los 12 meses, el lactante dormirá de 16 a 18 horas, para continuar disminuyendo progresivamente sus horas de sueño, conforme va creciendo, así de preescolar de 2 a 5 años de edad solo dormirá 12 a 14 horas, para después de los 5 a 6 años, dormirá sólo alrededor de 10 a 12 horas. Siendo frecuente que el preescolar realice 1 ó 2 siestas después de haber comido.

¿Qué medidas pueden seguir los padres para regular un correcto sueño en sus pequeños?

Establezca siempre rutinas desde que el niño es pequeño: baño, cena o toma de la noche, continuar con un periodo de intercambio afectivo y juego fuera del dormitorio y acostarle al niño para que se duerma.

No se debe acostarle dormido, acunándole, permitiendo que toque el pelo de la madre o permaneciendo junto a él o ella hasta que se duerma. (Debe recordarse que el niño reclamará esos vínculos, dependientes de la presencia de un adulto, normalmente la madre, para quedarse nuevamente dormido si tiene despertares prolongados). Una vez que se coloca en su cuna se debe despedir del niño brevemente y con absoluta normalidad. Es conveniente que en su cuna tenga móviles, peluches y otros objetos que no supongan riesgo para los niños y que sirvan de vínculo para dormirse nuevamente si tiene despertares prolongados.

No se preocupe si su niño de pocos meses se queda dormido tras la toma. Acuéstele con normalidad, es casi seguro que no tendrá trastornos del sueño por esta causa. Si tiene más de tres o cuatro meses de edad, se despierta muchas veces por la noche y mama muy poco o toma poco biberón es posible que haya establecido el chupeteo del pezón o la tetina como vínculos para quedarse dormido. Si sospecha esto consulte a su pediatra.

Si su hijo o hija tiene cólicos debe atenderle sin someter al bebé a estímulos diferentes cada día. Muchos de los niños con cólicos tienen trastornos del sueño cuando son mayores porque los padres no saben que éste es un problema transitorio, no más de tres meses, y siguen atendiendo frecuentemente al niño ante cualquier ruidito o movimiento normal que haga durante la noche. Si su hijo o hija han tenido cólicos y a partir del tercer o cuarto mes siguen con dificultades para dormir, requiriendo la presencia de los padres, debe consultar a su pediatra.

Acueste al niño o niña en una habitación a una temperatura adecuada (17-20ºC), respetando las normas de prevención de la muerte súbita: acuéstelo boca arriba, sin almohadas, debidamente arropado, con las manos libres, en un colchón duro. No es aconsejable que los niños duerman con los padres en la misma cama pues existe riesgo de muerte por sofocación.

A partir de los 3-4 meses es conveniente que el niño duerma en su habitación si es posible. De no serlo, es recomendable establecer mediante algún separador el espacio del niño en la habitación de los padres.

¿Cuáles son los trastornos de sueño mas frecuentes en los niños?

(Continuará)

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