¿Cuáles son los trastornos de sueño más frecuentes en los niños?
Es la causa más frecuente. Son niños que se despiertan asiduamente por la noche y reclaman la presencia de los padres para dormir de nuevo.
El tratamiento consiste en reeducar al niño. No hay que recurrir a somníferos ni tranquilizantes y los resultados son muy buenos. La prevención de este trastorno es poniendo en práctica las recomendaciones para un sueño adecuado.
El niño sonámbulo se levanta de su cama y permaneciendo dormido hace actividades que pueden ser habituales. La edad más frecuente de aparición es entre los cuatro y ocho años y se resuelve espontáneamente en la adolescencia. La fiebre, la falta de sueño y algunos medicamentos actúan como factores predisponentes. Se debe consultar para establecer estrategias que eviten riesgos en estos niños.
Consiste en el rechinar de dientes durante el sueño. No es sinónimo de presencia de parásitos (lombrices). En ocasiones hay que consultar a un ortodoncista para que evite el desgaste de las piezas dentales.
Se trata de la emisión de palabras durante el sueño. No constituye ningún problema y no requiere tratamiento.
Suelen aparecer a primeras horas de la noche. El niño está agitado, llora, grita, suda y se percibe que está angustiado. En los terrores nocturnos, muy frecuentemente, el niño no recordará nada de lo que le ha causado ese malestar, por tanto no se les debe interrogar esperando que nos cuenten lo sucedido. Si insistimos no generaremos más que confusión. Hay que diferenciarlo de las pesadillas, que se producen más frecuentemente al final de la noche, y donde el niño puede contarnos lo que ha vivido en el sueño (ensueño). Los terrores nocturnos afectan a un tres por ciento de los niños, principalmente entre los cuatro y 12 años, se resuelven espontáneamente en la adolescencia. Los terrores nocturnos pueden ser desencadenados por fiebre, falta de sueño y medicamentos que actúen a nivel del sistema nervioso central.
Son sueños con experiencia de miedo que generalmente despiertan. La pesadilla generalmente es un sueño largo que suele ocurrir en el último tercio de la noche. El niño se despierta, generalmente consciente, y suele ser capaz de contar lo que ha soñado. Las pesadillas son frecuentes (10-50 por ciento de los niños entre tres y seis años) y tienden a disminuir con la edad. Un grupo pequeño de niños continúa teniendo pesadillas más allá de la adolescencia y requieren psicoterapia.
¿Qué representa el síndrome de apnea obstructiva del sueño? ¿Es normal en los niños?
Las características de los niños con apneas (pausas respiratorias prolongadas) obstructivas del sueño son: Pausas en su respiración mayores de seis segundos en niños pequeños y mayores de diez segundos en niños mayores y adolescentes. Ronquidos intensos, respiración con la boca abierta, actividad intensa de músculos del tórax y diafragma para respirar, es muy común la presencia de amígdalas y adenoides aumentadas de tamaño. Los síntomas más comunes durante el día son irritabilidad, falta de concentración y dificultades escolares, comportamiento hiperactivo, somnolencia, cansancio, escasa ganancia de peso y talla y dolores de cabeza por la mañana.
El síndrome de apnea obstructiva del sueño es también común en niños mayores y adolescentes obesos. Es un problema grave que requiere estudio en una Unidad de Sueño. Siempre que se sospeche esta situación se debe consultar al pediatra, siendo recomendable grabar en vídeo el sueño del niño. El tratamiento suele ser quirúrgico, la extirpación de amígdalas y adenoides.
Es una alteración infrecuente, con mayor incidencia a los 14 años caracterizada por somnolencia excesiva que le obliga a tener siestas frecuentes de corta duración (10-20 min.) que puede acompañarse de cataplexia (pérdida brusca de fuerza en brazos y piernas desencadenada por emociones fuertes sin pérdida de conciencia, de escasa duración y recuperación completa) y de otros trastornos como son alucinaciones y parálisis del sueño.
Si la falta de sueño en un niño ya representa un problema. ¿A qué señales es importante que los padres consideren visitar al pediatra?
El sueño del niño es un problema cuando afecta la personalidad del niño en el día. Cuando anda decaído, irritable, descontrolado, muy apagado o muy desconcentrado. Una clave para evitar o prevenir que estos trastornos se produzcan, especialmente en los pequeñitos, es detenerse a revisar cómo ha sido su día y qué factores pudieran afectar sus horas de sueño, "porque tiene mucho que ver con las vivencias".
Recomendaciones para que los padres inculquen en sus hijos buenos hábitos para dormir.
La recomendación es no desesperarse y apoyarlos, ponerles la mano, abrazarlos, sacarlos de la cuna. Esperar que pase y si se repite consultar al pediatra.
Pueden haber pero si no hay nada más, sólo significa que se sobre-estimuló, ciertos alimentos que pudieran afectar el ciclo normal de sueño, como comida, cafeína, bebidas: cola y chocolate.
Otros consejos incluyen respetar los periodos de vigila transitorios que presenta interviniendo (prender la luz, ofrecer cupón, hablarle o trasladarlo a la cama) haciéndolos dormir en forma más simple, sin demasiado ceremonial, ya que en la noche exigirán iguales actitudes. Otros fenómenos en hablar en la noche movimientos son normales en los niños y no la causa.