Un reo que fue ejecutado en Texas el mes pasado por el homicidio de una mujer en San Antonio en 1997 confesó a las autoridades haber cometido otro homicidio en 1992, una hora antes de que se le aplicara la inyección letal.
El Departamento de Policía de San Antonio informó este lunes que Luis Cervantes Salazar se alistaba para ser ejecutado el 11 de marzo por haber apuñalado a Martha Sánchez y lesionado a uno de sus hijos, cuando decidió confesar que había perpetrado otro homicidio.
Salazar confesó a un agente de los Rangers de Texas, el cuerpo elite de la policía estatal, haber matado a Melissa Morales el Domingo de Pascua de 1992.
Morales, quien trabajaba en una tienda de menudeo en San Antonio, fue apuñalada en 13 ocasiones. Su homicidio permanecía como un 'caso frío' en los archivos de la policía de San Antonio por no haber sido resuelto después de más de una década.
Los Rangers contactaron a detectives de la división de 'casos fríos' del Departamento de Policía de San Antonio para notificarles de la confesión de Salazar.
Tras confirmar lo dicho por Salazar, la policía de San Antonio informó a los padres y abuelos de Morales el pasado 2 de abril.
Tras el homicidio de Morales, su familia fue clave para lograr que se aprobara una ley en Texas que obliga a las tiendas minoristas a instalar cámaras de seguridad.
