La comisión del presidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti, dijo ayer que "pronto" puede darse la "sorpresa" de llegar a una solución a la crisis política que vive el país tras el golpe de Estado del pasado 28 de junio contra Manuel Zelaya.
"Pronto podríamos estar dando una sorpresa con una solución de la crisis", dijo a periodistas Armando Aguilar, jefe de la comisión de Micheletti en el diálogo que comenzó el pasado 7 de octubre con los miembros de la delegación de Zelaya, cuyos miembros aseguraron el lunes que la negociación estaba en estado de "obstrucción y estancamiento".
Ambas comisiones de diálogo dijeron ayer que esperaban la llamada de su contraparte para volver a la mesa de conversaciones, aunque reiteraron que el proceso de negociación no se ha cerrado.
Otro miembro de la comisión de Micheletti, Arturo Corrales, que ayer se reunió con Zelaya, agradeció en rueda de prensa a la comunidad internacional su apoyo a la hora de buscar una salida al conflicto, pero enfatizó que la solución de la crisis "será hondureña, a la hondureña y por hondureños".
La comisión de Micheletti también emitió ayer una declaración en la que señaló que no ha sido posible reunirse con su contraparte.
"Lamentablemente, hasta este momento no hemos podido intercambiar una palabra en persona con nuestros colegas y compatriotas", añadió la nota.
Sin embargo, subrayó que "el propio ex presidente Zelaya tuvo el alto gesto de invitar al ingeniero Arturo Corrales (...) para que le visitara en la misión diplomática de Brasil para conocer el avance del diálogo".
Según la comisión de Micheletti, "el encuentro -entre Zelaya y Corrales- fue franco, amplio y orientado a la búsqueda de soluciones".
La declaración de la comisión de Micheletti añadió que está en manos de las dos partes "el pasar la página de este capítulo" de la historia del país centroamericano y que "después de tantos avances alcanzados retroceder no es una opción".
El enviado de la OEA para acompañar el diálogo, John Biehl, dijo que mantiene su optimismo en el proceso, que "está abierto".
Un miembro de la delegación de Zelaya, Rodil Rivera, dijo a Efe que "el diálogo se puede morir" si no surge una propuesta válida.
Como sucede desde el 28 de junio, día en que fue derrocado Zelaya, el movimiento de resistencia celebró hoy una marcha en Tegucigalpa para exigir su restitución.
