Sospechosos. Según un estudio del Centro Hispano Pew, uno de cada diez hispanos nacidos en los Estados Unidos dijo que fue interrogado por las autoridades en torno a su status migratorio.
Autoridades de EU han deportado a decenas de sus propios ciudadanos en los últimos años.
WASHINGTON, EU.- Pedro Guzmán nació en Los Ángeles y ha sido un ciudadano estadounidense toda su vida. El año pasado, este hombre de 31 años con trastornos mentales, que no sabe leer ni escribir, fue arrestado por una infracción menor y terminó firmando documentos en los que aceptó ser deportado a México como indocumentado.
Durante casi tres meses, durmió en la calle, se bañó en ríos inmundos y comió desperdicios encontrados en cestos de basura, mientras su madre lo buscaba desesperadamente en morgues y hospitales de Tijuana. Finalmente fue hallado mientras trataba de ingresar nuevamente a Estados Unidos por Caléxico, a 160 kilómetros de distancia.
De vuelta en California, "cambia de un momento a otro. Su cerebro lo transporta a los días en que estuvo desaparecido", dice su hermano Michael. "Le hablamos y le decimos que todo está bien, que nadie la va a hacer daño".
En su celo por combatir a los indocumentados, las autoridades estadounidenses han detenido, o incluso deportado, a decenas de sus propios ciudadanos en los últimos ocho años. Una investigación de meses documentó 55 casos en base a entrevistas, demandas y documentos obtenidos amparada en la Ley de libertad de información. Estos ciudadanos fueron arrestados entre uno y cinco días. Algunos abogados dicen que hay cientos de casos de este tipo.
Es ilegal deportar a ciudadanos estadounidenses o detenerlos por infracciones a las leyes de inmigración. No obstante, algunos ciudadanos terminan presos en centros de detención de un sistema que está desbordado, según admitió Víctor Cerda, quien fue uno de los máximos funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, según sus siglas en inglés) hasta 2005. Se espera que la detención de presuntos indocumentados aumente un 17% este año y llegue a las 400 mil personas.
Como parte de la campaña contra los indocumentados, a veces terminan detenidos por error los más indefensos: personas con trastornos mentales, gente de pocos recursos, niños y personas que tienen pendientes órdenes de arresto. La mayoría de los arrestados, de lejos, es de hispanos.
"Cuanta más confusión haya en el sistema, más ciudadanos estadounidenses serán detenidos por error, y deportados por error", declaró Bruce Einhorn, juez de inmigración jubilado que dicta clases en la Pepperdine Law School. "Son el síntoma de un problema más grande. No hay nada más lamentable que la expulsión de nuestros propios ciudadanos".
Jim Hayes, director de detenciones y expulsiones del ICE, dijo estar al tanto de solo 10 casos de ciudadanos detenidos por error en los últimos cinco años. Agregó que la cincuentena de casos detectados "no constituyen una epidemia". Se negó a hablar de casos específicos para no violar las leyes que protegen la privacidad. Indicó que los agentes tratan de corroborar la información cuando alguien dice que es ciudadano, pero que generalmente eso resulta ser mentira. Dijo que algunos ciudadanos a veces dicen haber nacido en el exterior y aseguró que ningún funcionario de inmigración detendrá a alguien si puede comprobar con certeza que es ciudadano.
Es imposible saber con exactitud cuántos ciudadanos han sido arrestados por indocumentados ya que nadie lleva la cuenta. Kara Hartzler, abogada del Florence Immigrant and Refugee Rights Project de Arizona, declaró ante la Cámara de Representantes el año pasado que su organización lidia con entre 40 y 50 casos por mes en los que alguien tiene argumentos potencialmente válidos sobre su condición de ciudadanos.
El Vera Institute for Justice, una agrupación sin fines de lucro, detectó 322 casos de personas arrestadas por el servicio de inmigración en 13 centros de detención que dijeron ser ciudadanas en 2007, comparado con las 129 del año previo. Esa cifra no toma en cuenta los casos de otros 300 centros de detención del servicio de inmigración.
Los arrestos de indocumentados aumentaron marcadamente desde que se reforzaron las medidas de seguridad tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. Algunos sectores sostienen que se le ha dado demasiada autoridad a las policías locales para detener personas. Uno de cada diez hispanos nacidos en Estados Unidos dijo que fue interrogado por las autoridades en torno a su status migratorio en 2007, de acuerdo con un estudio del Centro Hispano Pew que involucró a dos mil personas.