De bodega, escuela, fábrica de tabaco, vecindad, cuartel, cárcel y con el paso del tiempo convertida en museo, la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato, quizá el edificio histórico más emblemático de la lucha por la Independencia de México, cumple este domingo 200 años de haber concluido su construcción.
Para conmemorar este suceso, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) inaugurará el domingo la exposición "Imágenes de la Alhóndiga", integrada por fotografías antiguas del inmueble que forman parte del acervo de la fototeca Romualdo García, y un día después iniciará un ciclo de conferencias con especialistas sobre su construcción y cualidades plásticas.
"Fue a partir de 1958 cuando se destinó a un uso digno de su valor histórico y arquitectónico, adaptándolo para funcionar como sede del Museo Regional de Guanajuato Alhóndiga de Granaditas, y difundir la riqueza histórico cultural del estado", dijo Enrique Arellano Hernández, director de este museo, cuya sede es precisamente este edificio de estilo neoclásico.
El recinto alberga alrededor de 9 mil obras, de las cuales más de 2 mil 500 corresponden a piezas arqueológicas de la cultura Chupícuaro. El Museo Regional de Guanajuato recibe cada mes a un promedio de 15 mil personas en temporada baja, y 29 mil en temporada alta, la mayoría estudiantes de preescolar a secundaria.
Hablar de su construcción, indicó el INAH, implica remontarse a la época novohispana, cuando la sociedad guanajuatense vivía una etapa de bonanza.
Recordó que el Ayuntamiento de Santa Fe y Real de Minas de Guanajuato comisionó al maestro alarife José Alejandro Durán y Villaseñor para llevar a cabo el proyecto de la Alhóndiga, que se edificó en la cuesta llamada De Valdés, donde se localizaba el predio conocido como Granaditas.
El 7 de julio de 1797, el virrey Miguel de la Grúa y Branciforte autorizó su construcción, que dio inicio el 5 de enero de 1798 y concluyó el 8 de noviembre de 1809, con un costo millonario para la época: 218 mil 306 pesos.
Su estilo neoclásico contrastaba con el barroco de edificaciones de la región, como los templos de la Compañía de Jesús, San Cayetano en la Valenciana o San Diego. De este modo, la Alhóndiga reflejaba la nueva mentalidad de la época.
No obstante, poco fue lo que duró como almacén, ya que al suscitarse el levantamiento del cura Miguel Hidalgo y Costilla, algunos españoles encabezados por el intendente Riaño se atrincheraron en la Alhóndiga de Granaditas con sus caudales, esperando resistir a los insurgentes que venían en camino.
Al llegar al sitio, éstos lograron franquear la puerta principal, lo que dio lugar a una cruenta batalla en la que Riaño y varios hispanos murieron.
Testigo del triunfo del Padre de la Patria, la Alhóndiga también fue posteriormente escenario donde los realistas, encabezados por el general Félix María Calleja, determinaron exhibir -para escarmiento de los insurgentes- la cabeza del sacerdote, en una de las cuatro esquinas exteriores del edificio, donde también se colocaron las de Ignacio Allende, Ignacio Aldama y Mariano Jiménez.
En ese lugar permanecieron las cabezas sostenidas por escarpias, hasta 1821, cuando al consumarse la Independencia, Anastasio Bustamante, capitán general de las Provincias Internas de Oriente y Occidente, ordenó retirar los cráneos e inhumarlos en el Panteón de San Sebastián, en Guanajuato.
A partir de 1811, los usos de "El Castillo" -como se denomina popularmente a la Alhóndiga en nuestros días- fueron diversos. Se utilizó como almacén, escuela, fábrica de tabaco, vecindad, cuartel de las tropas francesas, y en 1864, cuando el emperador Maximiliano de Habsburgo visitó la ciudad, determinó que el inmueble fuera convertido en cárcel, carácter que mantuvo hasta 1949.
En la década de los años 50, los gobernadores guanajuatenses José Aguilar y Maya y Jesús Rodríguez Gaona decidieron convertirlo en museo, con apoyo del INAH bajo la dirección de Arturo Sierra, su primer titular.
El 26 de junio de 1958 abrió sus puertas el Museo Regional de Guanajuato con una visión didáctica, a partir de colecciones de piezas prehispánicas, esculturas en madera tallada, estofada y policromada, óleos sobre tela y retratos, muebles y objetos del siglo XIX, así como textiles y objetos de cerámica, madera y latón.