Polaridad
El reciente triunfo de la Selección Nacional y el manejo de los resultados nos muestra cuán contrastante puede ser nuestra forma de ver su desempeño.
En días pasados, y después de la obtención de la última edición de la Copa Oro, se minimizó un triunfo o logro, aduciendo el haber enfrentado a una selección suplente de Estados Unidos, muchas de las veces sin considerar que se ganó de igual forma, con una Selección Nacional alternativa.
Posterior a este triunfo nuestro representativo es ubicado por la FIFA en el lugar 17 del ranking mundial, de ahí muchos espíritus alegres que anteriormente se comportaban como agoreros celebran el regreso a lugares de “respeto” de la verde, y vuelven a “confiar” en Javier Aguirre como el pastor que esperaba nuestro rebaño. Esta contrastante actitud me lleva a pensar en lo difícil que es encontrar un punto medio y qué fácil es caer en los extremos al momento de evaluar el desempeño de nuestro representativo, así como valorar sus posibles alcances.
Es bueno tomar en cuenta la transición generacional que enfrenta el “Vasco”, y que aunque resulta trillado, (al menos en esta columna) se espera que poco a poco se vuelva menos “fácil” el ser tomado en cuenta para la Selección, así como que del grupo de convocados en este proceso se obtenga una base con muy pocas pero meritorias y adecuadas incorporaciones.
Sin hacer cuentas alegres, espero, al igual que todos los aficionados, la marcha ascendente de nuestra Selección, y espero que surja una nueva generación en la que esté presente un gran espíritu de lucha, sacrificio y entrega que corresponda al honor de su designación, creo que de esta forma todos saldríamos ganando.
Por otra parte, arrancó la segunda edición del Serial Novilleril en el Coliseo Centenario, y buen sabor de boca dejó la presentación del novillero capitalino Luis Conrado, que con su entrega y valentía mereció por parte del público la vuelta al ruedo; de acuerdo a los comentarios de algunos aficionados la actuación del novillero de Mixcoac y triunfador de la Plaza Arroyo de la Ciudad de México caló hondo en el gusto y preferencia de la afición lagunera. Esperamos su inclusión en el festejo final. ¡Enhorabuena Luis! ¡Hasta la próxima!
