Iñigo Babot, Ingeniero Industrial e Ingeniero Químico, es un español que ha tenido una trayectoria relevante como director general en varias empresas españolas y además es también profesor universitario, conferencista y colega escritor del portal latinoamericano www.degerencia.com . Recientemente, comentaba Iñigo que en España se menciona mucho en los últimos meses una frase muy conocida y que tiene aplicación práctica en estos tiempos de crisis económica: “En época de desolación, no hacer mudanza”, la frase la dijo hace más de quinientos años San Ignacio de Loyola quien se llamaba Iñigo Oñaz y de Loyola.
San Ignacio vivió sesenta y cinco años y su vida no fue fácil aún siendo miembro de la nobleza de aquel tiempo. Primero participó en la corte real y después participó en la milicia teniendo una corta vida militar ya que durante la defensa del Castillo de Pamplona, una bala de cañón le hirió las piernas y como los huesos de una de las piernas soldaron mal, los médicos decidieron quebrárselos nuevamente y tuvo que soportar estoicamente la operación, una vez que sanó, la rodilla rota presentaba un deformidad e Ignacio insistió en que los cirujanos le quitaran la protuberancia y aunque ellos le advirtieron que sería mucho más doloroso, soportó la operación pidiendo además que no lo ataran ni lo sostuviesen- hace quinientos años no había anestesia, solo pañuelos para morder-.
Después, Ignacio viajó por Barcelona, Roma, Jerusalén y Salamanca iniciando proyectos en todas estas ciudades con espíritu incansable y como de joven no estudió gramática latina, la estudió a los treinta y tres años de edad soportando con paciencia y buen humor las burlas de los estudiantes más jóvenes. En 1534, a los cuarenta y tres años de edad, Ignacio obtuvo el título de Maestro en Artes de la Universidad de París.
San Ignacio creó la Compañía de Jesús y hoy en día su extraordinaria influencia en el mundo moderno es reconocida por cristianos, budistas, musulmanes y hebreos. Los jesuitas forman la mayor orden religiosa masculina de la Iglesia Católica con más de 19,000 miembros; en 69 países han fundado 207 universidades, 472 escuelas secundarias, 165 escuelas primarias y 78 escuelas técnicas con un total de 2.5 millones de alumnos. Definitivamente, una gran vida y una gran obra.
Pero, ¿Por qué diría “en época de desolación no hacer mudanza” una persona como él, tan acostumbrado a las mudanzas? Ignacio fue muy inquieto y muy emprendedor, era un verdadero hombre de acción y líder en el siglo XVI. Suena un poco raro que un “santo-empresario” como lo era él, incansable luchador, convocara a la prudencia en los malos tiempos como la situación actual.
Concuerdo con mi compañero Iñigo Babot en que por “no hacer mudanza” Ignacio se refería a no desfallecer, a no sucumbir, a no tirar la toalla o aventar el arpa nunca, no dejar de pelear por lo que uno quiere y permanecer en tiempo de crisis, actuando con igual o más empeño y tranquilidad que si las cosas estuvieran bien. San Ignacio invitaba a permanecer en el empeño de mejorar, al esfuerzo sostenido, a no desesperarse, a no tener miedo y a evitar el pánico y la desconfianza. No tirar nada por la borda, no caer en la depresión ni dejarse influenciar por los comentarios negativos de mucha gente que dice “estoy bien, pero no le hace”.
No podemos esconder la cabeza en la tierra e ignorar la situación actual, si, la crisis económica está aquí y es una crisis profunda, global, todos lo sabemos. Este año 2009 va a ser realmente difícil, pero a grandes males, grandes remedios. No intentemos hacer mudanzas precipitadas, conservemos la calma, esto ya nos lo recomendaron hace varios siglos.
Trabajemos mucho y bien, con sosiego y si desafortunadamente en el camino nos quedamos sin trabajo, nos bajan de puesto, nuestro negocio se viene a menos o perdemos una inversión, intentemos continuar haciendo bien lo bien hecho. Debemos enfrentar la situación con madurez y serenidad para intentar capacitarnos mejor e intentar crecer en lo que si podemos controlar nosotros mismos: nuestros conocimientos y nuestras competencias y habilidades.
Quienes estamos cercanos al mundo de la formación corporativa sabemos que muchas empresas van a restringir o cancelar totalmente los gastos en capacitación y entrenamiento y ante esta situación, esto puede tener un muy mal resultado. Pero no todas lo harán, lo más probable es que las empresas más inteligentes los mantengan. Muchas empresas tratarán de compaginar la lucha contra la crisis y la reducción de gastos con la necesidad de no recortar algo que pondría en riesgo la posibilidad de salir airosos de esta crisis: la formación continua del capital humano. Saben que es un buen momento para no recortar aquello que servirá para relanzarnos, para no perder capacidad para competir. No es fácil compaginar esto y precisamente porque no es fácil, por eso sabemos que solo lo harán las mejores empresas.
Es una ocasión propicia para “no hacer mudanzas”, si usted amiga lectora, amigo lector, tiene en su empresa poder de decisión, recuérdelo. Nos lo dijo Iñigo Oñaz y de Loyola y él, sabía lo que decía.
Comarca Lagunera. Enero de 2009.
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