Como el viejo decía
El concepto de calidad no es nuevo, ha sido utilizado a lo largo de la historia y más aún últimamente en todos los productos manufacturados y en los servicios. La calidad la debe percibir el cliente, de lo contrario, por más bien hecho que esté un producto o servicio, si no satisface o mejor aún, excede las necesidades del consumidor, el producto o servicio, no tiene calidad.
Pero la calidad, en su concepto más amplio, no se refiere solamente a los atributos de un producto o servicio, se refiere a un sistema y un proceso administrativo con características propias, se refiere a toda una filosofía. Aunque el modelo principal nació en los Estados Unidos, el modelo fue transplantado a Japón y ahí se desarrolló por la urgente necesidad de incrementar la productividad para poder competir. Como los japoneses tuvieron éxito, los norteamericanos recuperaron el modelo para ponerlo en práctica en sus empresas, tratando de salir de un bache económico en que se encontraban y para enfrentar al comercio exterior japonés y europeo que tenía invadido su mercado.
Es indudable que lo que pasa en los Estados Unidos tiene una fuerte influencia en México. Esta filosofía administrativa que se basa en la calidad para lograr la productividad, se introdujo por primera vez en nuestro país en la década de los 80's y a partir de entonces, varias empresas iniciaron programas de calidad, aunque, en realidad, empresas regiomontanas de vanguardia como Fabricas Monterrey, S.A. entre otras, fueron pioneras muchos años antes.
A LA MODERNIDAD
A partir de enero de 1994, nuestro país forma parte del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, ello, ha significado una oportunidad para México, pero al mismo tiempo ha significado un gran reto.
Las empresas mexicanas no pueden competir en los mercados internacionales si no mejoran notablemente en la calidad y además, no solo se requiere alta calidad, sino también la certificación internacional de la misma pues ello significa la carta de presentación para ingresar como iguales a los nuevos mercados mundiales.
A nivel nacional, en México existen aproximadamente 3 mil empresas certificadas internacionalmente y son muy pocas tomando en cuenta que los países contra los cuales estamos compitiendo tienen entre 60 mil y 80 mil.
LOS RETOS PARA LAS EMPRESAS MEXICANAS
Las empresas mexicanas se enfrentan a los siguientes retos: ser más competitivas en calidad, costo y servicio; dejar atrás viejas formas de administrar y adoptar nuevas para poder competir con éxito, y mejorar la calidad, no solo en el producto final o en el servicio, sino en todas las áreas de la empresa.
Aunque si hay empresas que se esfuerzan por la calidad, los intentos son aislados y el apoyo gubernamental al respecto se sigue manejando de manera sexenal, sin continuidad, empezando cada seis años desde cero.
Los empresarios tienen que tomar al toro por los cuernos, la calidad no depende de que el gobierno la promueva y la apoye, su ayuda es indispensable, pero, aún con ello, si los propios empresarios no le apuestan a la calidad, aunque sea por supervivencia, nos seguirá yendo como nos ha ido hasta ahora.
