Continúa impune reventa en el Azteca para México-EU

MÉXICO, D.F.- "No hagas olas, no hagas olas, ahí vienen los vaqueros". La camioneta de la policía pasa como si nada, no es que no lo sepan, simplemente se hacen de la vista gorda. La reventa continúa impune en los alrededores del estadio Azteca con un ligero movimiento de sus piezas.

El anuncio de entradas agotadas para el partido eliminatorio entre México y Estados Unidos, del 12 de agosto, ha dejado a la reventa como principal opción para los aficionados, si no es que la única para hacerse de un pase.

La transacción no dura más de 10 minutos. No puede durar más de ese tiempo por cuestiones de seguridad para los ofertantes, "toreros" de profesión.

Todo inicia con un enganche de miradas. Es como si el revendedor supiera con tan sólo ver a los ojos, que aquél al que tiene en la mira es un cliente potencial. Luego, el clásico "de a cuántos y de a cómo". Frase célebre.

El diálogo es corto, conciso.

- "¿Cuánto el más bara?"

- "Te dejó en 500 el de hasta arriba, son los de general, atrás de las bancas". Ese boleto costaba 120 pesos, más el cargo de la compañía que los distribuye. La ganancia llega a ser de 300%.

Entonces, y bajo las reglas de los días de mercado ambulante, viene el regateo. Un estira y afloja que debe quedar en esos 10 minutos de tolerancia para hacer la transacción. El revendedor no se baja mucho, apenas lo suficiente para convencer y pedir el dinero por adelantado.

Un chispazo de desconfianza recorre el cuerpo del cliente al ver que el tipo se aleja con el dinero. Unos metros después se detiene en la ventanilla de un auto estratégicamente estacionado. Ahí tienen los boletos. En esas andan, cuando aparece la camioneta de la policía. No es que sea la única en el lugar, pero hay que guardar las apariencias.

"Ahí están, agárralos y no hagas olas", se aleja detrás del volante del auto que le sirve de bodega de boletos, pero con el negocio cerrado, negocio que tiene sus mejores momentos con eventos como el partido de la Selección Nacional, por lo que en pleno agosto hacen su agosto.

En 20 minutos, los casi 10 revendedores han ofrecido el servicio a siete automóviles, de los cuales cinco se han marchado del lugar con mínimo un par de entradas cada uno. En una cuenta rápida, y si se piensa que esas 10 entradas vendidas son de general (500 pesos), los toreros comerciantes se llevan una ganancia de hasta 3 mil pesos.