Responsable. 'No podemos encerrarnos en casa y decir que afuera están los malos. Hay que elegir mejor a nuestros gobernantes', dijo Restrepo.
"La violencia que se vive actualmente en Torreón y en todo el mundo, se deriva de la descomposición social causada por el consumismo y el egocentrismo", comentó Marino Restrepo, un hombre predicador del amor.
En su visita por esta ciudad, habló de la falta de espiritualidad que se ha generado en la sociedad a causa del materialismo. "Creemos que entre más tenemos más somos", dijo. Señaló que al volvernos superficiales nos olvidamos de lo que sucede en las calles y por consecuencia tenemos una sociedad perdida y sin soluciones.
Marino Restrepo fue secuestrado en 1997 en una Navidad al visitar a sus hermanas en Colombia. Un grupo de guerrilleros de las FARC lo privó de su libertad durante 6 meses, pero una noche tuvo una visión de su vida, en la que recorrió desde su infancia hasta la vida actual. Conoció la maldad y el bien. Posteriormente fue liberado, un milagro hizo que los guerrilleros que lo tenían secuestrado se sintieran acorralados y lo dejaron en libertad.
Ante su experiencia, Restrepo comentó que en México, un secuestro es cometido por avaricia, los grupos criminales pretenden tener el poder y lo logran creando miedo en la sociedad, sobre todo en los jóvenes, quienes en su comienzo por la vida real, suelen ser los más vulnerables al mal.
Actualmente, a la sociedad mundial le hace falta una evangelización urgente.
"No acabaremos con la violencia si a la sociedad nos da vergüenza hablar de Dios", señaló el colombiano.
Para Restrepo, reintegrar el núcleo familiar, con ella inculcar y llevar a cabo los valores universales, del respeto, el amor, tolerancia y solidaridad, se podrá contrarrestar el nivel tan alto que en los últimos años ha obtenido la delincuencia, misma que ha llevado de la mano a gente inocente.
"El mal ha tomado esta ciudad y eso nos hace pensar que debemos vencerlo con más violencia y no debe de ser así. Debemos reconstruir nuestras instituciones de gobierno con la responsabilidad de elegir bien a quien va a estar al frente de ella", comentó.
"Es la hora de hacernos responsables e intentar acercarnos más a Dios con la oración y así alejar el mal".