Giovani Dos Santos ya se incorporó a las prácticas de la Selección Mexicana, de cara al partido ante los Estados Unidos.
El sueco Sven-Göran Eriksson, técnico de la selección mexicana de futbol, planea combatir el fuego con fuego. Si durante los últimos 10 años, Estados Unidos ha maniatado al futbol de México al esperarlo en su meta y con el contragolpe, como principal arma, ese será el camino a seguir por parte del europeo.
La misión es no perder en Columbus, aun cuando los medios para lograr la hazaña rompan el planteamiento histórico del futbol mexicano, que gusta de salir con el balón dominado.
Durante su última intervención pública, el estratega sueco resumió lo que se ha planteado para abrir la recta final de la eliminatoria: “Vamos a prepararnos para hacerle la vida imposible a Estados Unidos”.
¿Qué intenta Eriksson exactamente? ¿De qué habla?
Mucho físico, más desgaste y toda la gente que pueda tener en el mediocampo. Eriksson ha visualizado el juego como una batalla del músculo sobre la inteligencia, muy al estilo del futbol de Estados Unidos.
La prioridad del técnico del Tri es tener el balón lo más lejos posible de su área. Acortar la cancha hacia atrás, es decir, México no irá a tapar la salida de Estados Unidos, porque la oncena dirigida por Bob Bradley no juega a salir con el balón, lo hace al pelotazo y a la disputa directa en el terreno contrario.
El parado madre de Sven es 4-5-1 y de ahí se despejarán las variantes para intentar que Estados Unidos caiga en la trampa. Para lograr su cometido, Eriksson ajustaría su parado inicial 4-3-3 a un 4-1-4-1 ó 4-2-3-1. La línea defensiva nunca se moverá de su lugar para dejar a los cinco del mediocampo la responsabilidad de las variantes. Al ataque, un delantero clavado, que las hará de poste para ayudar al contra ataque. En el peor de los casos haría un 4-4-2 ó un 4-1-3-2. Para que todo esto funcione, es indispensable la presencia de Pavel Pardo.