PATCH Y LA PEQUEÑA PARCELA
El día de ayer concluyó en las instalaciones de CINTERMEX en la ciudad de Monterrey el Encuentro Mundial de Valores y Cultura de la Legalidad, promovido por el Consejo Estatal de Valores. Dentro de los figurones que se presentaron a dar su testimonio se encuentran la norteamericana Joddy Williams, Premio Nobel de la Paz en su edición de 1997, y el médico que ha revolucionado el manejo de pacientes, particularmente enfermos terminales, conocido mundialmente como Patch Adams.
El citado galeno habló acerca de la crisis de valores que enfrenta el ser humano hoy en día, cuando se ve atrapado en una red de araña ante las premisas de adquirir dinero y poder como condición para ser reconocido. Se refirió a relaciones interpersonales en general, y del mismo modo envió un mensaje muy claro al gremio médico instándolos a adoptar la vía del amor como el conducto necesario para que su labor profesional ayude a salvar a nuestro mundo, lejos de los afanes comerciales que en muchos casos han contaminado la práctica medica.
Quizás la mayoría de nosotros relacionemos al personaje con Robin Williams quien lo caracterizó en la cinta del mismo nombre “Patch Adams”, la cual muy al estilo norteamericano, nos da un mensaje por parte del médico creador de la “risoterapia” quien preconiza que el amor es la única vía de salvación para nuestro mundo, pues de otra manera, por la vía del dinero y del poder, está condenado a su propia extinción. Posteriormente ofrece unas cifras que nos deben hacer reflexionar a todos: Cada día mueren en el mundo aproximadamente treinta mil niños por enfermedades en su mayoría prevenibles, y cada ocho segundos muere un pequeño por padecimientos asociados a falta de acceso al agua potable. Hace hincapié en la incongruencia que existe entre los salarios que perciben estrellas del espectáculo o del deporte, contra las abrumadoras carencias de tantos miles de millones cuyas necesidades más elementales no están en absoluto cubiertas.
“Reforzar el ejercicio del amor y la risa para salvar al mundo”. Es muy fácil deslindarme de responsabilidad diciendo que a mí no me corresponde resolver los problemas que afectan a Zimbawe, sin embargo como generación de individuos sobre el planeta, a todos nos corresponde disminuir, en la medida en que a cada cual fuere posible, ese materialismo que nos está aniquilando en los hogares, en las calles y en el campo, mediante contaminación ambiental; conflictos bélicos; narcotráfico, y delincuencia organizada. Lo sabemos, es difícil sentarse a considerar una estrategia como el amor y la risa, cuando nuestro país está sumido en la peor crisis económica de la historia, y cuando la sombra de la inseguridad se mueve junto con nosotros para donde quiera que pretendamos avanzar. Difícil cuando el padre de familia llega a casa agotado, con unos cuantos pesos en el bolsillo, y debe enfrentar un sinfín de demandas familiares de primer orden. Difícil cuando la madre de familia ha de ejercitar sus habilidades de equilibrista para hacer magia dentro del hogar, de manera que éste siga siendo un sitio de nutrición espiritual y de crecimiento. Todo lo anterior es cierto, sin lugar a dudas, sin embargo volteemos un poco la moneda, seamos honestos, y analicemos todas aquellas veces cuando nos dejamos llevar por el desánimo y portamos la peor cara de nuestro repertorio. Visualicemos mentalmente las ocasiones cuando nos negamos a hacer ese pequeño esfuerzo extra para asumir una actitud más positiva frente a la vida. Analicemos esas veces cuando hacemos el trabajo de malas, a fuerza, como obligados; cuando atendemos al cliente, al vecino o al pariente con cara de “perdonavidas”... Por cierto, yo pregunto: ¿Quién lleva la peor parte, el que nos ve esa cara por un momentito y luego se va, o nosotros que nos quedamos con ella puesta todo el día?
Patch Adams es un profesional bien informado que conoce la problemática mundial, y es precisamente esa problemática la que lo anima a actuar de un modo distinto; no está sugiriendo que nos despojemos de las ropas para darlas al necesitado; no propone que cancelemos las cuentas bancarias y nos quedemos en la inopia para ayudar a otros; el galeno nos ofrece alternativas cotidianas viables para mejorar esa pequeña parcela que nos dio la vida para cultivar nuestro propio destino personal.
Los problemas derivados del materialismo desmedido que nos consume como sociedad son terribles; Patch habla de millones de niños víctimas de la explotación sexual alrededor del mundo para enfatizar la bestialidad que en muchos casos se ha alcanzado en tan desenfrenada carrera materialista. Ésta es la valiente propuesta para salvar al mundo: Trabajar cada cual desde su propio espacio, por un objetivo común: La dignificación del ser humano como premisa fundamental.
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