Obispos consideraron conveniente que el Ejército no permanezca en las calles para enfrentar a la delincuencia, pues su labor debe ser sólo temporal y la violencia debe ser contrarrestada por las policías.
En conferencia de prensa, en el marco de la 88 Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el obispo de Tabasco, Benjamín Castillo Plascencia, y el de Chalco, Luis Artemio Flores Calzada, consideraron que si bien el Ejército debe salir de las calles, las policías también deben mejorar.
Los prelados informaron que el próximo jueves darán a conocer un documento sobre el análisis y propuestas que hacen durante su asamblea sobre la situación de la inseguridad y la violencia, tema que abordarán esta tarde con el secretario de Gobernación, en su sede de esta localidad.
Al respecto, en un comunicado leído por los citados obispos, la CEM sostuvo que la iglesia acompaña a las autoridades de gobierno, legisladores y magistrados, quienes "tendrán que emprender una ardua batalla para combatir muchos males endémicos y principalmente la corrupción, un mal social que se agudiza y profundiza en la realidad de un pueblo como el nuestro. Proponemos que no se pierda la confianza y el respeto en las diferentes instituciones gubernamentales".
La CEM resaltó su preocupación por la creciente incertidumbre que se vive en el país, "con signos claros de temor y angustia ante las constantes amenazas que nos debilitan como pueblo, tales como la miseria, la delincuencia, el narcotráfico y la falta de oportunidades que impiden que se alcance el crecimiento personal, comunitario y de bienestar social", advirtió.
Benjamín Castillo y Luis Artemio Flores coincidieron en que en la lucha contra la delincuencia y la violencia es necesaria la participación de todos los ciudadanos y, en tal sentido, exhortaron a la población a perder el temor en denunciar y a las autoridades a cumplir con su responsabilidad, sin actos de corrupción.
Expusieron que la labor de la iglesia además de rezos está la de concienciar a la población y transformarla en un macro de paz y estabilidad social.
Consideraron que no sería necesario que la Iglesia excomulgara a los delincuentes pues eso no les importa y además ellos mismos se excluyen y andan huyendo no sólo de la justicia sino de la Iglesia y hasta de su familia.
