Contaminación. Con un volumen de descargas calculado en 100 litros por segundo, la planta tratadora de Gómez Palacio sigue tirando aguas residuales al lecho seco del río Nazas, lo que provoca insoportables olores en sectores como La Unión, El Tajito, Nueva Laguna, Las Villas, San Ángel, Frondoso, Las Isabeles, El Fresno, entre otros .
El mal olor de las aguas es insoportable para vecinos de colonias del Norte.
En medio de la aridez de las riberas del río Nazas, destaca un sonido semejante al de una cascada. Sin embargo el hedor insoportable que cala la nariz y enrojece los ojos, descarta la posible presencia de agua limpia.
El olor a podrido conduce a un punto en el lecho seco a la altura del ejido La Unión’, donde las lagunas de aguas negras procedentes de la planta tratadora de la ciudad de Gómez Palacio que apenas hace tres meses desaparecieron con la avenida, ya “revivieron’’ y aun con más fuerza, se expanden.
La presencia de estas aguas procedentes de empresas gomezpalatinas en el lecho del Nazas, dan vida a moscos de grandes patas y alimenta añejos pinabetes de feas figuras que sobreviven en la orilla del ejido y en el cauce, donde el agua se ha estancado porque ya no se filtra.
Habitantes del ejido La Unión, El Tajito y Nueva Laguna, así como los fraccionamientos residenciales Las Villas, Frondoso, Las Isabeles, Rincón San Ángel, El Fresno, San Isidro, entre otros, sufren las consecuencias. Saben lo que es una madrugada o una noche cálida, pero envuelta en olores insoportables que los hace cerrar ventanas, puertas y alejarse del jardín o de la terraza.
En la orilla del río, por el lado de Gómez Palacio, un tubo de gran diámetro que conduce una descarga de aguas pestilentes, mezcla de colores grises y azules, desaloja las aguas en aproximadamente 100 litros por segundo hacia el cauce del río Nazas, pero los líquidos no corren, se estancan, sólo suben de nivel.
Con sus humedades, buscan afanosamente seguir el trazo del afluente y ya rebasan el ejido y se estacionan frente a fraccionamientos residenciales.
Cuando el río Nazas registró su reciente avenida el año pasado, vecinos de esos sectores se alegraron porque pensaron que terminaría el problema de los olores. Esperaban que el paso de las aguas limpias, hiciera lo propio en el cauce y que se prohibiría otra vez la contaminación.
Pero no fue así. Hace algunas semanas, los fétidos olores volvieron y se acentuaron por la dirección de los vientos. Vecinos aseguran que las quejas se hicieron manifiestas, lo mismo en Ecología Municipal de Torreón que en la Comisión Nacional del Agua y con representantes de autoridades municipales y de la Planta Tratadora Oriente de Gómez Palacio, aunque sin respuesta alguna.
Y mientras la apatía de las dependencias se mantiene, el desalojo de aguas de la tratadora gomezpalatina se incrementa y causa molestias.
Propietarios de viviendas se dicen desesperados por el suplicio de respirar los hedores, en tanto que desarrolladores de viviendas externan su preocupación por la afectación a la plusvalía que sufren los inmuebles.
Contaminación. Con un volumen de descargas calculado en 100 litros por segundo, la planta tratadora de Gómez Palacio sigue tirando aguas residuales al lecho seco del río Nazas, lo que provoca insoportables olores en sectores como La Unión, El Tajito, Nueva Laguna, Las Villas, San Ángel, Frondoso, Las Isabeles, El Fresno, entre otros .
Persiste descarga
El agua residual del PIL sigue descargándose al río Nazas tras recibir tratamiento en la Planta Tratadora Oriente, ya que se encuentra en estabilización.
Según el director del Sideapa, José Miguel Campillo, la Planta presenta significativos niveles de remoción de Sólidos Suspendidos Totales (SST), en la Demanda Bioquímica de Oxígeno (DBO) y en la Demanda Química de Oxígeno (DQO).
Al momento de asumir el control de las instalaciones se estableció un plazo de 4 meses para alcanzar la NOM-001-ECOL-1996, que establece como límite máximo permisible 150 miligramos por litro de Sólidos Suspendidos Totales e igual proporción en la Demanda Bioquímica de Oxígeno, y señaló que no existe duda de que se cumplirá cabalmente con estos requerimientos.
