Protección Civil reconoce que la forma en que se colocaron los puestos de los vendedores ambulantes reubicados al paseo Cepeda-Valdés Carrillo obstruye las salidas principales de los negocios y dificulta el auxilio y evacuación en caso de emergencia.
Además, hay por lo menos cuatro transformadores de alta tensión enterrados, que se instalaron sin desagües pluviales y al inundarse podrían ocasionar cortocircuitos y hasta explosiones.
Nelson Lozada Ramírez, director de Protección Civil, dijo que por el uso descontrolado que se hace del gas LP en el área de fondas, donde las estufas están a un metro de los cilindros, ese sector es una "bomba de tiempo". Los vendedores de churros tienen sus cazos con aceite hirviendo cerca de los cilindros de gas.
Los "vicios'' de esta obra en la que se invirtieron 126 millones de pesos no afloraron, sino que se mantienen igual que desde el día en que autoridades municipales obligaron a los ambulantes a ocupar sus espacios a cambio de recibir 10 mil pesos. Entonces fueron 30 los puestos que no se ocuparon y ahora son 50. Siguen los problemas de falta de agua potable, los vendedores de alimentos tienen que "acarrearla'' a diario.
Continúan las carpas multicolores, las rejas, las cajas y mesas de plástico sobre los pasillos. Igual siguen en pie 150 postes de la Comisión Federal de Electricidad con el cableado aéreo prácticamente rozando las pequeñas lonas que con fines ornamentales se colocaron encima de los módulos.