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Crece el odio

EL COMENTARIO DE HOY

FRANCISCO AMPARÁN

Tal vez era un fenómeno esperable; es algo así como la Ley de Newton: a toda acción le corresponde una reacción de la misma dimensión y sentido opuesto. A la elección del primer presidente norteamericano de raza negra (bueno, mulato, pero para el caso) tenía que resultar un aumento y endurecimiento de los grupos racistas.

Tal es el mensaje que deja el informe del Southern Law Poverty Center, un instituto de análisis de los fenómenos sociales que afectan a los pobres del Sur de los Estados Unidos. El informe asegura que los llamados "grupos de odio" han crecido un 54% desde el año 2000, habiendo identificado a 926 de ellos para el año 2008. Ese centro considera a un grupo de odio a aquél "con creencias o prácticas que atacan o difaman a una clase completa de gente". Así, se consideran grupos de odio a aquellos que promueven el desprecio hacia homosexuales, personas de color, judíos o musulmanes, inmigrantes; o hasta a quienes se oponen con epítetos insultantes a la teoría creacionista. Como se puede ver, de todo como en botica.

En los Estados Unidos generalmente ese tipo de agrupaciones se aglutina en torno a un puñado de ideas. La primera es, por supuesto, la supremacía racial de la raza caucásica o blanca; la segunda, el efecto pernicioso que en teoría le causan a la economía y la sociedad norteamericanas la inmigración de ilegales de países pobres; y la tercera, que los homosexuales no deberían participar de la vida política, social y cultural de la sociedad heterosexual; y mucho menos deberían a aspirar a tener los mismos derechos.

El informe reporta que durante la campaña presidencial, y sobre todo en las semanas inmediatamente posteriores a la elección de Obama, los portales de Internet de grupos racistas tuvieron un ascenso realmente notable en su actividad. Al parecer, muchos que creían que sus ojos no llegarían a ver un afroamericano en la Casa Blanca decidieron buscar dónde desahogar sus miedos o frustraciones.

Como un podría pensar, los grupos de odio se concentran en el Viejo Sur, los terrenos en donde el Ku Klux Klan en sus buenos tiempos campeara por sus fueros linchando negros, católicos y judíos. Pero cabe hacer notar que California, esa moderna Sodoma y Gomorra en donde se dan algunos de los fenómenos menos conservadores, es el estado en donde se ubica una mayor cantidad de este tipo de grupos: ochenta y cuatro.

Por supuesto, que la elección de Obama haya tenido que ver con esos incrementos es mera especulación. Pero parece una hipótesis razonable. Aquí la cuestión es ver qué tanta influencia pueden llegar a tener esos grupos

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