La crisis internacional podría generar una reducción del crecimiento del sector agropecuario y un aumento del desempleo regional, según declaración del Observatorio del Hambre en América Latina y el Caribe de la FAO.
Para contrarrestar esta tendencia, los gobiernos están impulsando medidas multisectoriales que incluyen el apoyo a la comercialización de distintas cadenas productivas, la entrega de incentivos fiscales y la distribución de insumos para apoyar la producción.
La última edición del boletín del Observatorio del Hambre de la Oficina Regional de la FAO, (enero/febrero de 2009) señala que el crecimiento real del sector agropecuario para 2009 podría llegar a reducirse a menos de la mitad del promedio observado en los últimos cinco años en Brasil, Panamá, Nicaragua, Uruguay y Venezuela, producto de la caída de la demanda exterior, los altos costos de los insumos y condiciones climáticas adversas.
Estas condiciones adversas, tales como las sequías en Argentina y Paraguay, y las intensas lluvias en Ecuador, han llevado a que las previsiones de crecimiento del sector sean negativas para algunos países de la región, después de cinco años creciendo por encima del 4 % real promedio.
Con respecto a los efectos de la caída en el crecimiento del PIB sobre el empleo, de acuerdo a proyecciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), durante 2009, entre 1.5 y 2.4 millones de personas podrían sumarse al desempleo, tendencia que se ve confirmada en reportes oficiales de enero para Brasil, Chile, Colombia, México y Perú.
Aunque la producción regional de cereales en el 2008 creció 3.7% con respecto al año anterior -principalmente por el alza notable de 7.6% en la producción de granos secundarios- esta cifra es muy inferior al 17% de crecimiento experimentado en 2007, respecto de 2006.
Este menor crecimiento se explica en parte debido al desplome de 18% en la producción de trigo, causado por factores climáticos. Las pérdidas de trigo se concentraron en Sudamérica, donde la producción cayó 23% en total, en gran parte por la caída de 50% en la producción de trigo de Argentina, a causa de la grave sequía que afecta al país.
Los gobiernos, por su parte, han reaccionado con medidas multisectoriales para contrarrestar los efectos de la crisis económica y financiera.
Argentina promulgó la Ley de Emergencia, que incluye un esquema de exenciones fiscales para enfrentar la situación de sequía, y adicionalmente implementó un paquete de incentivos fiscales para incrementar el abastecimiento interno de leche y carne y favorecer la exportación de trigo.
El Gobierno de Brasil ha comprado los excedentes de la producción de leche para subastarlos públicamente cada 15 días. Además, apoya la comercialización de distintas cadenas productivas (leche, trigo y frijol).
Ecuador ha entregado semillas, fertilizantes y herramientas, además de viveros comunitarios, como parte del Plan de Reactivación Agropecuaria "Volver a Sembrar".
En Centroamérica, los países se han enfocado en fomentar la producción de alimentos, con énfasis en granos básicos, mediante créditos en Nicaragua y Honduras con fondos provenientes del ALBA, y planes integrales de producción de granos básicos, que consisten en entrega de semillas y capacitación e infraestructura.
México continúa la implementación de la Estrategia Nacional de Agricultura Protegida, con programas tales como Engorda por Contrato, Programa de Atención a Contingencias Climatológicas y Proyecto de Apoyo al Valor Agregado de Agronegocios.
En Perú, el Plan Agropecuario 2009 prioriza la inversión en el sector rural, con un presupuesto inicial superior a USD 708 millones de dólares.
En el Caribe, el Banco de Desarrollo de Jamaica ofrece USD 2.8 millones de dólares en créditos para la modernización de la agricultura, abiertos a pequeños y medianos productores.
FUENTE: FAO. Para mayor información: Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe: http://www.rlc.fao.org