Tres de los cuatro detenidos el 7 de enero fueron “rescatados” de prisión junto con otros dos.
Fallas
Desde la captura de cuatro presuntos secuestradores el pasado 7 de enero, se notaron varias irregularidades hasta que se fugaron.
Durango. A como diera lugar los detenidos el pasado 7 de enero a espaldas de Liverpool, en la capital del estado, iban a quedar libres, pues las diferentes irregularidades que se estuvieron presentando desde su captura hasta su fuga fueron evidentes y todo parecía que ya estaba escrito, de una forma u otra estarían otra vez en la calle.
El domingo pasado cinco personas presas en el Centro de Readaptación Social (Cereso) número Dos, en Gómez Palacio, fueron liberadas por un comando criminal que tras secuestrar y tomar como rehén al director del penal lograron sacarlos sin que ninguna autoridad lo impidiera, según lo informó la Secretaría de Seguridad Pública del Estado.
Detalles de la captura. Fue la tarde del 7 de enero cuando se dejaron ver varios agentes policiacos en las inmediaciones del Cerro de los Remedios y posteriormente pidieron el apoyo de los efectivos de la Décima Zona Militar para detener a cuatro personas que presuntamente habían secuestrado a una señora, aunque más tarde se informara que la aprehensión tuvo lugar a espaldas de Liverpool.
De acuerdo a los datos que proporcionó el comandante de la Décima Zona Militar, Moisés Melo García, en una especie de rueda de prensa que organizó ese mismo día -7 de enero- en la noche en las instalaciones del cuartel militar 5 de Mayo, donde presentaron a los cuatro detenidos, habían privado de la libertad a una mujer y justo después de que habían cobrado el rescate fueron capturados.
El mando militar informó a los periodistas en una entrevista y posteriormente en un comunicado que llegó hasta la redacción de todos los medios de comunicación que los detenidos respondían a los nombres de Jorge Hernández González, Eduardo Rafael Caro Canales “El Taxi”, Abel Vázquez Lozano “El Spidy” y Juan Daniel Fuentes Hernández “El Dálmata”, siendo el primero originario de Veracruz, el cuarto de Tabasco y el resto de esta entidad.
Estaban “protegidos”. A los mencionados se les aseguró una “charola” con la que se escudaban, es decir, que portaban por lo menos una placa que señalaba al portador como escolta del Gobierno del Estado de Durango, además se les aseguró una camioneta Expedition, cinco armas largas, cuatro cortas, 15 granadas, 64 cargadores para fusiles de asalto, 11 cargadores para pistola .9 milímetros, más de mil 800 cartuchos de diferentes calibres, diez teléfonos celulares, tres chalecos antibalas, varias fornituras y 65 mil pesos, por lo que fueron puestos a disposición de la autoridades federal bajo la averiguación PGR/DGO/DGO/09/09.
Además, las autoridades locales informaron que uno de los detenidos era familiar de un policía municipal y uno de la estatal, sin embargo, se informó que al parecer no había relación entre las actividades que cada uno realizaba.
No les comprobaron el secuestro. A pesar de que Melo García había informado que prácticamente los sorprendieron en flagrancia del delito de secuestro, que inclusive habían rescatado a la víctima y asegurado 60 mil pesos resultado del rescate, la PGR informó poco antes de que se les venciera el término constitucional que los había consignado ante el Juez Tercero de Distrito sólo por los ilícitos de violación a la Ley Federal de Armas de Fuego en distintas modalidades; asociación delictuosa, en su variante de pandillas; y uso indebido de insignias, al parecer sin comprobarles el secuestro.
Ante esta situación el delegado de la PGR, Zacarías Francisco Cabrera Oliver, declaró que se remitió a la Procuraduría General de Justicia del Estado un desglose de la averiguación previa para que la dependencia estatal se haga cargo del ilícito de privación ilegal de la libertad.
Además dijo que no encontraron elementos para consignarlos por delincuencia organizada, aun y cuando les aseguraron granadas, teléfonos, armas largas y cortas, municiones y chalecos blindados.
Ineptitud o confabulación
Durango. En los medios de comunicación se cuestionó una serie de irregularidades en el caso de los presuntos secuestradores detenidos y consignados, pues ya desde la captura fue relevante que les encontraran una placa de “guarura” del Gobierno, además aun con la declaración directa del comandante de la Décima Zona Militar, que los habían aprehendido prácticamente en flagrancia del delito de secuestro, no los consignaron por este ilícito ni la PGR y ni la PGJE.
A la fecha en los diferentes medios de comunicación se cuestiona el hecho de que los hayan enviado al penal de Gómez Palacio, cuando estaba previsto para que estuvieran en el Cereso de la capital.
Finalmente, los allegados a los detenidos pudieron liberarlos con el apoyo directo o indirecto de la autoridad, luego de que tomando como rehén al Director del penal obtuvieron el apoyo de los custodios para sacarlos y “por la puerta grande”.