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CRÓNICA DEL OJO

MIGUEL CANSECO

Caigan A La Fiesta Me cae que los títulos se han devaluado. Hoy ser "licenciado" no garantiza más que un boleto para extraviarse en los laberintos del aviso oportuno. Pero hay blasones que no se desgastan: si "licenciado" ya caducó, el término "artista" sigue siendo motivo de admiración, (aunque para una parte sustancial de la población mexicana "artista" sea aquél que canta, enseña pierna o llora en alguna telenovela). Desde mi muy personal punto de vista hay tres opciones para ser denominado "artista".

Una, la tradicional: desempeñar con virtuosismo alguna actividad. En este sentido, panaderos, futbolistas e incluso asesinos pueden ser artistas, toda vez que impriman su sello de excelsitud.

La segunda, ya en el terreno de las artes, es por consenso. Las artes plásticas, como cualquier otra actividad, tiene sus parámetros de calidad. En el caso del arte actual éstos son establecidos por críticos y curadores en correspondencia con los usos y costumbres imperantes, indicando así quien está in y quién no. Otro es el caso de los artistas que el tiempo (por lo general con justicia) encumbra, tal es el caso de maestrazos en la onda Rembrandt, Rafael o Van Gogh. Aquí se aplica un criterio histórico que -sin ser ajeno a las modas- puede ser un poco más imparcial. Vaya, es más sencillo ver las cosas en retrospectiva que ser árbitro de novedades.

La tercera opción me encanta: es artista quien quiera serlo, por sus pantalones. Estas personas parecerán artistas y se aprovecharán de los incautos para vender su imagen y sus obras, por lo general atroces. Se integrarán a lo más banal de la moda o invocarán los fantasmas de la "belleza" la "trascendencia" o lo "vanguardista" para conmover sensibilidades tibias. De ésos hay tantos que mejor aquí le paro.

A todo esto, ¿quiénes son los artistas? No sé, pero creo reconocerlos cuando los veo. Considero que son bichos raros, mentes peculiares que escapan a los moldes establecidos. Son extrañamente imprescindibles: algo especial deben tener que ha soportado los embates de la razón y de la ciencia. Como las cucarachas, saben sobrevivir, incluso sin cabeza.

¿Y por qué en temporada de plomazos hablo de artistas? La verdad, por gusto. Porque en tiempos nublados es saludable hablar de arte. Si una ventaja ha tenido esta crisis es que en ICOCULT Laguna los cursos ya son gratuitos. Pásele joven a ver y apreciar las artes que es también tarea del gobierno poner jardines de remanso.

A mí me toca impartir, todos los miércoles de siete a nueve p.m., el curso "Artistas de la A a la Z", donde vemos vida y milagros de los pintores de todos los tiempos. Apenas vamos en la "C", así que nos cuelga gran parte del abecedario.

Si te animas, nos vemos el miércoles, platicamos de arte, nos olvidamos de la recesión y los tiros y damos un paseíto por los rumbos del espíritu.

Va de nuez la invitación, miércoles de siete a nueve en ICOCULT, avenida Juárez esquina con calzada Colón (la casa antigua en la esquina). No les diré que traigan cheves porque no se puede, pero las aguas de horchata son bienvenidas. Ahí nos vemos pues.

Cronicadelojo@hotmail.com

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