Un crucero ruso con un centenar de turistas, científicos y periodistas a bordo quedó varado en los hielos de la Antártida, informó el martes la compañía naviera.
El rompehielos Capitán Jlebnikov y las personas a bordo no corrían peligro, dijo German Kuzin, de la Fareastern Shipping Company.
Kuzin dijo al canal de televisión ruso Vesti 24 que el buque aguardaba un viento más fuerte para ponerse en movimiento, y añadió que se encontraba a unos ocho kilómetros de aguas abiertas.
El vocero dijo que los turistas aprovechaban la escala inesperada para recorrer la zona.
El buque intentaba avanzar lentamente atravesando el hielo, pero los vientos eran demasiado leves como para abrir el hielo, agregó. Un funcionario argentino dijo que el hielo podría demorar el regreso del barco de tres a seis días.
"El rompehielos trata de moverse y está aguardando vientos más favorables", dijo Kuzin. "Después que los vientos se intensifiquen, el amarre del hielo se debilitará... y quedará libre".
Kuzin agregó que los turistas aprovechaban la escala imprevista para hacer visitas del área en helicóptero. Las agencias noticiosas rusas dijeron que a bordo hay un equipo de filmación de la BBC que rueda un documental sobre la Antártida.
"Están cumpliendo el programa de la gira completamente", afirmó. "El capitán reportó que la situación a bordo es normal".
El crucero fue anunciado como una oportunidad única de observar a los pingüinos emperador en su hábitat natural. El buque de construcción finlandesa ha sido usado como crucero durante años y lleva dos helicópteros.
Natalie Amos, una portavoz de Exodus Travel, dijo que entre los 101 pasajeros hay 51 turistas británicos. Agregó que algunas personas sufrieron quemaduras por el sol pero que no hubo otros problemas.
Rene Reibel, jefe de operaciones de la Guardia Costera argentina en Ushuaia, dijo a la Associated Press que el rompehielos estaba en medio de hielo flotante y que nadie corría peligro.