A repensar la relación. La partida de los hijos del seno familiar tiene aspectos positivos y negativos para los matrimonios. EL SIGLO DE TORREÓN / GUADALUPE MIRANDA
Y después de los hijos, a comenzar de nuevo. Es la reflexión que hacen muchas parejas después de 20 ó 30 años de matrimonio ante su alejamiento, ya sea porque se casaron o por sus deseos de independencia.
El psicólogo clínico, José Antonio Miranda Hernández, explica que así como el ser humano desarrolla diversas etapas en su vida como: niñez, adolescencia y madurez, las parejas también evolucionan por periodos.
El primero de ellos es el enamoramiento, luego viene el compromiso, después el matrimonio, los hijos pequeños, luego los hijos cuando son adolescentes y por último cuando son adultos.
Cuando los hijos se van y los padres sienten su partida, según explica el especialista, se le conoce como síndrome del "Nido Vacío".
Esta situación generalmente es vivida por los padres con angustia. Y es que, de acuerdo con el psicólogo, se dan cuenta de que ya no son tan necesarios como antes y esto les genera sentimientos de inutilidad, de falta de sentido.
Pero sobre todo en la madre, ya que por lo general su proyecto de vida giraba en torno a sus hijos, sus necesidades, sus problemas, pero esto terminó.
En esta etapa de su relación, los matrimonios se detienen a reflexionar sobre qué hacen juntos, cuáles son sus objetivos de vejez, cómo vivir esta etapa, entre otros cuestionamientos; pues lo que un día los motivó a estar juntos fueron los hijos, que para ellos ya no están.
Ante tal circunstancia, el psicólogo recomienda hacer un análisis a fondo, ya que esta etapa tiene su lado positivo y negativo.
El lado negativo podría ser cuando las parejas luego de que sus hijos se casan o se independizan, deciden separarse.
Pero lo positivo, es que la pareja reinicia el ciclo. "Deben adaptarse a su nuevo estilo de vida, a que comenzarán a tener mucho tiempo por compartir", comenta el psicólogo.
Y es que, de acuerdo con Miranda, vivir en pareja no es sólo para procrear hijos, "se trata de vivir en una interdependencia, en donde se crece tanto de manera individual como en pareja, más en esta etapa puesto que la relación está más fuerte y madura", dice el psicólogo quien insiste en que deben de vivir el amor que siempre se han tenido.
Para evitar que se fracture la relación y vivir este renacimiento con plenitud, recomienda realizar actividades juntos como: viajar con mayor tranquilidad, salir a bailar, ir al cine, "retomar aquellas actividades que en su juventud realizaban, de manera que le den un nuevo sentido a sus vidas".
