Dos actos se vivieron ayer en el Corona, uno lleno de dudas y titubeos, para mostrar en el segundo algo que existe en el Santos y que sólo es cuestión de despertar. Si bien el calor hizo mella para que se llenara el estadio, poco a poco fue cobrando factura. En la porra del visitante movían sus camisetas para echarse un poco de aire, mientras que los locales se abanicaban como pelotero de Vaqueros en serie final.
De inmediato un error entre Cárdenas y Oswaldo dio como resultado el gol de los celestes. Kanu descarapela el travesaño y de ahí poca profundidad en el ataque Guerrero. La propuesta de Bueno no convence, ni Johnnie ni “Lorito”, no hay entendimiento de la defensa a la media cancha, los embates santistas acaban en la línea de media cancha y en la tribuna alguien gritó: “¡Bueno, no sirves para nadaaaa…!”. Por fin le cayó el veinte a Bueno y manda llamar a Arce y a Uriel Álvarez.
Antes de que acabara la primera parte, una jugada digna para la Risa en Vacaciones, que por fortuna sólo quedó en un tiro de esquina y unas mentadas de Oswaldo para algunos aficionados que se meten con él, bueno para casi todos los aficionados, lo que no está bien. Llega el descanso, entre oles para los visitantes y pitos para los locales.
Una innovación, un pequeño drama entre la Guerrera y el Guerrerito que fue todo, menos del agrado del público acalorado. A las Guerreritas, al igual que al equipo, les falta coordinación. Los buzos del juego se ahogaron por el calor y todos con miles de dudas.
Bueno apuesta a una nueva combinación para ver si con esa se saca el premio mayor.
Pero antes un baño de agua lagunera, la más efectiva, un poco de tierra que puede limpiar todo hasta una mala actuación destinada al fracaso.
En una jugada de pases en corto, los Guerreros anotaron por medio del “Científico del Gol” y arrancó la remontada.
En sombra una aficionada decepcionada por el gol santista aventó una botella, que de inmediato la tribuna la señaló para que la sacaran.
Después la algarabía, un golazo del “Chato” le regresa la sangre a los aficionados y a un equipo que por momentos parecía un fantasma. Luego Ludueña saca la magia del pie con el tercero, pero no se puede confiar de Cruz Azul.
Oswaldo de nueva cuenta sale por balón y desguarneció la portería para que cayera el tanto de la respiración artificial. Un baño en el saque de esquina a Torrado para que se le caiga un poco la cremita de mimo.
Al acapulqueño Uriel Álvarez no le tiemblan las piernas y va hasta la línea final. Pero Santos en los últimos minutos jugaba con fuego, al no conseguir el gol definitivo y a que Cruz Azul esperaba su oportunidad. Oswaldo ahora sí se la rifó, de la sombra a la luz. Y el cuarto que no cae, Mati lo tuvo pero sólo pegó en el poste, Ludueña también intentó pero sacó un tornillo.
Por fin llega el silbatazo con el que concluye el duelo, Enrique Meza reclama al árbitro auxiliar que se dejaron de marcar faltas y de apurar el juego. A la expectativa estaban todos para la reacción de Oswaldo, pero mucho antes de que las cosas se pusieran peor llegó “Ojitos” a darle un consejo, que parece calmó al portero. En pocas palabras era una cuestión de “categoría”.