Después de un intenso proceso de limpieza, las 23 cabezas de piedra que dejó la comunidad olmeca en México hace más de dos mil años lucen completamente restauradas después del ataque vandálico que sufrieron en enero pasado, informó hoy el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Los monumentos, situados en el parque arqueológico de La Venta, en Tabasco (sur del país), fueron rociados con jugo de uva, aceite y sal por tres personas -una de ellas estadounidense- que pretendían realizar algún tipo de ceremonia ritual y que fueron detenidas.
Las cabezas, hechas de roca basáltica, arenisca y serpentina, varían entre las cuatro y las 35 toneladas de peso.
Su limpieza se ha hecho en dos etapas: primero se retiraron las manchas, para proceder después a un lavado integral con agua destilada y canazol (jabón especial para piedras), cuya reacción produce suficiente espuma para retirar suciedad, arcilla y microflora.
A pesar de que solo 23 de las 50 piezas se vieron afectadas -entre ellas la emblemática Cabeza Colosal-, una vez retiradas las manchas se ha procedido a limpiar todo el conjunto.
Las 50 esculturas están en el sitio arqueológico considerado el más antiguo de la cultura olmeca en el país, inaugurado en 1957 y administrado por el gobierno estatal. Están consideradas el principal acervo de esta civilización prehispánica, que se desarrolló entre el 600 y el 400 a.C.
Además de limpiarlas, las autoridades aprovecharon para realizar un registro detallado de las medidas y el estado de conservación de cada uno de los monumentos existentes, ya que anteriormente solo se habían elaborado datos muy básicos.